LA CRUZ DE CRISTO
El versículo 18 dice: “Porque la palabra de la cruz es necedad para los que perecen; mas para los que se salvan, esto es, para nosotros, es poder de Dios”. La palabra porque indica que éste versículo explica el versículo anterior. En el versículo 17 Pablo declara: “Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el evangelio; no con sabiduría de palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo”. La cruz de Cristo es el centro en el cumplimiento de la economía neotestamentaria de Dios, la cual consiste en producir la iglesia mediante la redención efectuada por Cristo. Pablo predicaba a Cristo crucificado (v. 23; 2:2; Gá. 3:1) y se gloriaba en la cruz de Cristo (Gá. 6:14). No anunciaba la ley ni la circuncisión, por las cuales luchaban los judíos y algunos de los creyentes judíos (Gá. 3:11; 5:11; 6:12-13), ni predicaba la filosofía que promovían los griegos y algunos de los creyentes gentiles (Col. 2:8, 20). La cruz de Cristo abolió las ordenanzas de la ley (Ef. 2:15; Col. 2:14), y nosotros los creyentes morimos a la filosofía, un elemento del mundo (Col. 2:20). Sin embargo, Satanás incitó a los judaizantes y a los filósofos griegos a que predicaran sus ismos de sabiduría mundana para que se hiciera vana la cruz de Cristo. Pero el apóstol Pablo se mantuvo alerta, y al confrontar las divisiones que existían entre los creyentes corintios, las cuales surgían principalmente de la religión judía y de la filosofía griega, puso énfasis en Cristo y Su cruz. Cuando tomamos a Cristo, y no las opiniones religiosas ni la sabiduría filosófica, y cuando Su cruz obra y elimina la carne ligada a cualquier trasfondo religioso o cultural, las divisiones se eliminan. La exaltación de la preferencia natural y de la sabiduría humana no puede permanecer ante Cristo y Su cruz.
(Estudio-vida de 1 Corintios, capítulo 7, por Witness Lee)