Ley del avivamiento, La, por Witness Lee

LA LEY DE LA VIDA FÍSICA

Todo ser humano sabe que nuestra vida física opera según una ley y que el hombre debe vivir conforme a esta ley. Según la ley de nuestra vida física, debemos dormir ocho horas, comer tres veces al día —en la mañana, en la tarde y en la noche— y beber agua en suficiente cantidad. Podemos aun necesitar un refrigerio dos o tres veces al día. Estos elementos son indispensables. Cuando vivimos según esta ley por un largo período de tiempo, estos elementos se desarrollan hasta convertirse en hábitos y llegan a ser parte de nuestra disciplina. Por ejemplo, la razón por la cual dormimos no se debe solamente a que estamos agotados y ya no podemos permanecer despiertos. La mayoría de nosotros debemos acostarnos a cierta hora, ya sea que tengamos sueño o no. Esto es llevar una vida disciplinada. Esta disciplina es establecida gradualmente según las necesidades de nuestra vida física.

De igual manera, después que nos despertamos en la mañana, tenemos que comer algo ya sea que tengamos hambre o no. Ingerir una comida en la mañana no es algo que se base en nuestros sentimientos; se basa en una disciplina. Aquellos que son disciplinados no sólo comen a una hora determinada, sino que también comen una porción determinada. Ellos no comen más cuando tienen deseos de comer, ni comen menos cuando no lo desean. Les guste o no, ellos siempre comen la misma cantidad. Esto es llevar una vida disciplinada. En la tarde ellos comen otra vez, y en la noche vuelven a comer. Luego, alrededor de las diez de la noche se van a la cama y duermen hasta la mañana siguiente. Por la mañana ellos se levantan e ingieren otra comida. No estamos obligados a hacer estas actividades, y éstas tampoco se basan en cómo sentimos. Estas actividades están basadas en una ley. Si llevamos una vida disciplinada según esta ley, tendremos un crecimiento normal y seremos fuertes.

Un avivamiento es el resultado de comer, beber y dormir. Aun si nos sentimos muy cansados por la noche, nos sentiremos restaurados y refrescados en la mañana, después que nos levantamos, nos bañamos y desayunamos. Sentirnos restaurados es experimentar un avivamiento. Luego, cuatro horas después, nuestras energías se agotan, el avivamiento concluye, y para el mediodía estamos cansados y fatigados. Por consiguiente, almorzamos y tomamos una siesta a fin de volver a sentirnos restaurados. Éste es otro avivamiento. Entonces pasamos por otro proceso, y el avivamiento finaliza al caer la noche. Por esta razón, nos sentimos cansados y necesitamos comer otra vez. Después de la comida, nuevamente nos sentimos restaurados y refrescados, y estamos llenos de energía cuando vamos a la reunión. Éste es otro avivamiento. Después de unas cuantas horas de actividad, estamos cansados; así que, en la noche nos vamos a dormir. Cuando nos levantamos en la mañana, tenemos otro avivamiento.

Según el ejemplo anterior, el hecho de dormir, comer y beber bien redunda en un avivamiento. Un avivamiento incluye un comienzo, un curso y un final. Después de llegar al final de un avivamiento, otra vez dormimos, comemos y bebemos, y somos nuevamente avivados. Dado que este ciclo continúa, somos avivados constantemente.

En la esfera física es muy fácil experimentar un avivamiento diario. El cansancio es una señal que nos dice que debemos dormir; el hambre es una señal que nos dice que debemos comer, y la sed es una señal que nos dice que debemos beber. Cuando dormimos lo suficiente e ingerimos la cantidad suficiente de alimento y de agua, experimentamos un avivamiento. Después de cierto tiempo, otra vez nos sentiremos cansados, hambrientos y sedientos; esto significa que es tiempo de dormir, de comer y de beber a fin de que comience otro avivamiento. Los avivamientos en la esfera física no suceden de una vez y para siempre. Éstos llevan implícito un comienzo, al cual le sigue un curso y luego un final. Después del final de un avivamiento, necesitamos experimentar otro avivamiento. La capacidad que tiene nuestra vida física para subsistir, crecer y fortalecerse es algo que depende del ciclo de los avivamientos. Ésta es una ley de la vida física.

(Ley del avivamiento, La, capítulo 4, por Witness Lee)