SER LIBERADOS DE VIVIR
SEGÚN LOS SENTIMIENTOS
EQUIVALE A SER LIBERADOS DEL YO
Cuando el Señor nos llama a salir de nuestros sentimientos, lo que Él quiere es que salgamos del yo. En el capítulo 3 el amado obliga a aquella que le busca no solamente a levantarse de su cama, sino también a salir de su casa (vs. 1-2). En estos versículos el amado la compele a que sea liberada de vivir según sus emociones, lo que corresponde a ser liberado del yo.
Muchos de nosotros permanecemos recluidos en “el cuarto” del yo. Muchos están encerrados en su yo. A menudo permanecemos cerrados cuando asistimos a las reuniones y visitamos a los santos, porque seguimos viviendo según nuestras emociones. Cuando nos congregábamos hace siete u ocho años atrás, estábamos abiertos y liberados porque teníamos un dulce sentir, pero ya no tenemos ese sentir, y ese sabor de frescura y vitalidad ha desaparecido. Como resultado, nos encerramos en el yo y no estamos dispuestos a abrir la puerta. Tanto nuestras situaciones pasadas como las presentes comprueban que no hemos sido liberados de llevar una vida según nuestros sentimientos, lo cual equivale a vivir en el yo.
(Ley del avivamiento, La, capítulo 2, por Witness Lee)