LOS PUNTOS CRUCIALES REVELADOS EN EFESIOS 3
La iglesia como misterio de Cristo
revelado a los apóstoles y profetas
En Efesios 3:2-11 y los versículos del 16 al 19 contienen tres puntos cruciales. El primer punto es el misterio de Cristo. Este misterio estaba escondido en Dios, quien creó todas las cosas. ¿Por qué Dios creó los cielos, la tierra, todas las cosas y el hombre? El propósito de la creación era un secreto que Dios no mencionó a los ángeles ni a los santos del Antiguo Testamento. Dios no les dijo este secreto a Adán, Abel, Abraham, Moisés, David, Isaías, Jeremías ni a Malaquías. Los santos en el Antiguo Testamento temían a Dios y eran bendecidos por Él, pero el misterio no les fue revelado a ellos, y ellos no lo conocieron. Este misterio estaba escondido desde los siglos en Dios.
Cristo Jesús nació hace dos mil años atrás. Mientras estaba en la tierra, Él llamó a un grupo de discípulos y los designó apóstoles. Luego, mediante Su Espíritu, Dios reveló Su misterio a los apóstoles y profetas en el espíritu. Pablo estaba entre los que recibieron la revelación del misterio. Hay un total de veintisiete libros en el Nuevo Testamento, y catorce de éstos, desde Romanos hasta Hebreos, fueron escritos por Pablo. Él escribió más de la mitad de los libros del Nuevo Testamento. En estas catorce epístolas Pablo explicó y desarrolló este misterio. Habló de “la mayordomía de la gracia de Dios” (Ef. 3:2). La palabra traducida “mayordomía” en este versículo es la misma palabra griega que se traduce “economía” en 1:10 y 3:9. Una persona que tiene una mayordomía debe estar llena de la economía y plan de Dios. Esta economía equivale a la mayordomía.
Pablo dijo: “Si es que habéis oído de la mayordomía de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros, que por revelación me fue dado a conocer el misterio” (vs. 2-3). Pablo recibió la revelación de parte de Dios. Dios le reveló a Pablo el misterio que había estado escondido desde los siglos en Dios mismo. Dios no habló de este misterio a los ángeles ni a nadie más. No fue sino hasta que Dios halló a Pablo que, mediante la revelación, Él abrió el secreto que llevaba escondido en Su corazón. Pablo empleó catorce epístolas para escribir en cuanto a este misterio indescriptible.
Pablo llamó a este misterio “el misterio de Cristo” (v. 4), misterio que es la iglesia. Cuando decimos que el misterio de Dios es Cristo, queremos decir que Dios está en Cristo y que Cristo es la corporificación de Dios. Afirmar que el misterio de Cristo es la iglesia indica que Cristo está en la iglesia y que la iglesia es la corporificación de Cristo. Una persona que quiere encontrar a Dios tiene que encontrar a Cristo, y una persona que quiere encontrar a Cristo tiene que encontrar la iglesia. Hoy en día, Dios está en Cristo y Cristo está en la iglesia. Éste es el misterio de Cristo. Tal vez no podemos explicar plenamente este asunto, pero es un punto crucial en las epístolas de Pablo.
Anunciar a los hombres
las inescrutables riquezas de Cristo
Dios le reveló el misterio a Pablo y le dio una mayordomía para que anunciara a los gentiles las inescrutables riquezas de Cristo como evangelio (v. 8). Esta palabra reviste gran significado. ¿Cuánto conocemos de las riquezas de Cristo? ¿Cuánto hemos gustado de ellas? Sus riquezas son inescrutables e indescriptibles. A fin de describir las riquezas de un hombre acaudalado es necesario conocer sus bienes. Los bienes de una persona son sus riquezas. ¿Cuántas riquezas posee Cristo? El primer punto respecto a las riquezas de Cristo es que Él es la corporificación de Dios. El hecho de que Cristo sea la corporificación de Dios significa que Él es Dios. ¿Quién es más acaudalado que Dios?
El segundo punto respecto a las riquezas de Cristo es que Él es un hombre. A fin de conocer al Dios verdadero, tenemos que conocer a Cristo, y a fin de conocer a un hombre verdadero, también tenemos que conocer a Cristo. Debemos preguntarnos si somos veraces. No hay nadie en esta tierra que no haya dicho una mentira; nadie es honesto. Ni siquiera somos honestos con nuestros padres. ¿Cuántas veces los hemos engañado? Si somos honestos, confesaremos que hemos engañado a nuestros padres, a nuestro cónyuge y a nuestros hijos; por ende, no somos honestos ni genuinos. Nadie es verdadero.
En la historia humana ha habido una sola persona honesta: Jesucristo. Cuando le prendieron, antes de Su crucifixión, Él pasó por seis pruebas. Tres veces fue probado según la ley del Antiguo Testamento, y fue juzgado por los sumos sacerdotes judíos, Anás y Caifás, y por el sanedrín (Jn. 18:13; Mt. 26:57; Lc. 22:66). Él también fue probado tres veces según la ley romana y juzgado por Herodes y por Pilato (23:1-25). Finalmente, Pilato dijo que no había hallado ningún delito en Él (Jn. 19:4; Lc. 23:22). En otras palabras, Pilato no halló error ni falsedad en el Señor Jesús. ¿Quién entre los hombres podría pasar por tales examinaciones? No nos habría sido necesario pasar por seis pruebas para ser hallados culpables. Una sola prueba habría sido suficiente. Únicamente Jesucristo podía estar frente a todos ellos y decir: “¿Quién de vosotros me redarguye de pecado?” (Jn. 8:46).
Jesucristo es el Dios verdadero y un hombre verdadero. Él es rico. En una ocasión hice una lista de las riquezas de Cristo según la Biblia. Jesucristo es Dios, hombre, vida, luz, santidad, justicia, santificación, amor, gracia y muchas otras cosas. Él excede más de doscientos setenta cosas. Él es toda clase de cosa positiva. Él es el sol, el aire, el alimento, el agua y la mejor bebida. Todo lo que necesitemos Él es. Él es nuestra paciencia, nuestro amor y nuestra obediencia. Él es Dios y Él es hombre. Él se hizo hombre para ser nuestro Redentor y Salvador. Él también se hizo Espíritu vivificante. Él es la luz de vida, y esta luz está llena de los elementos de la gracia, justicia y santidad. Él es la gloria de Dios y todas las virtudes humanas. Nosotros somos personas falsas; únicamente Cristo es veraz. Nuestra humildad es falsa; sólo Cristo es la humildad genuina. Todas las virtudes humanas son sólo sombras; solamente Cristo es realidad. Cristo es muy rico.
Cuando Pablo anunció el evangelio, no anunció doctrina alguna; él anunció a una persona. Pablo anunciaba las inescrutables riquezas de Cristo como evangelio. Nosotros debemos hacer lo mismo hoy. Deberíamos anunciar a Cristo en todas partes alrededor del mundo. Cristo es viviente, veraz, todo-inclusivo, profundo y vasto. Él es rico, y Él lo es todo.
Ser padres no es nada fácil. La gente quiere tener hijos, pero no sabe lo difícil que es ser padres hasta después de tener hijos. Es más fácil tratar con otras personas que con nuestros hijos. Lo más difícil para los padres es tratar con sus hijos. Por consiguiente, quiero informarles a los padres que ellos necesitan a Cristo. Cuando uno tiene a Cristo, sabe cómo tratar con sus hijos. Cristo es nuestra sabiduría en el trato que damos a nuestros hijos. Cuando le tenemos a Él, tenemos sabiduría, porque Él es sabiduría. Además, Él es nuestra vida y nuestra capacidad, de manera que no sólo sabemos cómo tratar con nuestros hijos, sino que también tenemos la capacidad de tratar con ellos. Necesitamos a Cristo. Él es todo lo que necesitamos en nuestro vivir diario.
Pablo anunció a Cristo de esta manera. Pablo no habló de las doctrinas; él anunció a Cristo a los demás y también les proporcionó Cristo. Decirles cuán nutritiva es una bebida y cómo puede saciar la sed es semejante a anunciar doctrinas. Pero si yo les proporciono la bebida, pueden disfrutar de sus nutrientes cuando se la toman. Pablo nos proporcionó las riquezas de Cristo.
(
Gran misterio: Cristo y la iglesia, El, capítulo 5, por Witness Lee)