ABANDONAR LA AMBICION
DE OBTENER UNA POSICION
También es necesario abandonar la ambición de obtener una posición. En la vida de iglesia, existe la tentación de querer tomar la delantera. Todos somos humanos. Quizá usted diga que no quiere ser un hermano que lleve la delantera. En un sentido le creo, pero en otro sentido no. Si la iglesia le da una posición, aunque diga que no le gusta, usted está contento de ello; y si la iglesia no le da una posición, afirma que no le importa, pero en verdad sí le molesta y se siente descontento. El Señor lo sabe y usted también. Usted cree que es mayor, tiene más experiencia y está más capacitado. ¿Por qué otros tienen esa posición y usted no? Quizá no le diga nada a otros, pero es algo que está en su corazón.
Yo he sido esta clase de “doctor” por muchos años y conozco todos los casos. Cuando usted viene a mí y me dice que tiene buena salud, yo sé que usted tiene tuberculosis. ¿Qué clase de tuberculosis? La tuberculosis de estar celoso de los que tienen posiciones de responsabilidad. No lo diría, pero sí lo cree. Hay algo secreto, algo escondido dentro de usted. Si la iglesia lo pusiera en la posición de dirigir, funcionaría mucho en las reuniones; pero como la iglesia no le ha dado ese puesto, usted llega a las reuniones con la boca cerrada. Esto sucede por causa de la ambición que usted tiene de satisfacer su propio ego.
Cuando llegamos a una iglesia local, jamás debemos pensar que merecemos ser un anciano o un diácono. Si somos ancianos o diáconos realmente no significa nada; lo que importa es que ministremos a Cristo como vida en otros. No nos debe importar si no tenemos una posición. Simplemente ministremos continuamente a Cristo a otros, sin criticar a los hermanos que están en el liderazgo.
Me doy cuenta de que todos amamos al Señor y a la iglesia; no obstante, en lo más recóndito de nuestro ser, cada uno de nosotros está infectado con el microbio de la ambición, el cual necesita ser eliminado. Si no negamos esta ambición, serán perjudicadas la comunión y la vida de iglesia.
Hablar acerca de la vida de iglesia es fácil, pero al practicarla veremos que ella nos pone a prueba. Nada en toda la tierra pone al descubierto a una persona como la iglesia local. La iglesia pone todo en evidencia. Jamás podríamos ver nuestra verdadera condición tan cabalmente en ningún otro lugar; la iglesia incluso pone al descubierto las intenciones de nuestro corazón. Nada permanece escondido.
A veces la gente discute acerca de las doctrinas, pero eso es sólo una excusa. Si se les diera una posición en la iglesia, ¡incluso la doctrina equivocada no les molestaría! ¿Cómo podemos tener comunión genuina si somos así? Es imposible. Ya sea que tengamos una posición o no, deberíamos estar contentos en la vida de iglesia. Entonces será fácil estar de acuerdo con los hermanos y las hermanas.
Estas son las lecciones que tenemos que aprender. No debemos insistir en nada, no debemos esperar ser nada y jamás debemos tratar de corregir a nadie. El secreto consiste en ser una persona sencilla. No importa lo que la iglesia haga o lo que los hermanos y las hermanas hagan; simplemente los amamos, les ministramos a Cristo y recibimos de ellos la ayuda de Cristo. Debemos simplemente estar de acuerdo con la iglesia en todo lo que haga; entonces la comunión de la iglesia manifestará un testimonio sólido a otros.
Oro a fin de que entendamos claramente todos estos pequeños asuntos. ¡Ojalá seamos sabios referente a “las pequeñas zorras” que dañan secretamente la vida de iglesia! Debemos saber cuáles son estas cosas y ser salvos de ellas. No nos debe importar ninguna doctrina, ritual ni práctica; no es necesario corregir a otros; y no debemos ambicionar ninguna posición en la iglesia. Simplemente amemos al Señor y a la iglesia, aprendamos a ministrar a Cristo como vida a otros y recibamos ayuda en vida de otros. Esta es la forma apropiada de seguir adelante en la vida práctica de iglesia.
(
Expresión práctica de la iglesia, La, capítulo 13, por Witness Lee)