Expresión práctica de la iglesia, La, por Witness Lee

DOS ASPECTOS DE LA UNIDAD

Es interesante notar que sólo se mencionan dos aspectos de la unidad: un aspecto se compara con el ungüento que se derrama sobre un cuerpo, y el otro se compara con el rocío que cae sobre un lugar. Estos dos aspectos también existen en la vida de iglesia, y son, respectivamente, el aspecto del Cuerpo y del lugar. La iglesia es el Cuerpo de Cristo, quien es el gran Aarón, y la iglesia también es la morada de Dios. El óleo de la unción que está sobre la Cabeza desciende sobre el Cuerpo de Cristo, y el rocío del monte Hermón cae sobre Sión, el lugar donde Dios habita. Por tanto, vemos el Cuerpo de Cristo y la habitación de Dios; el Cuerpo de Cristo tiene el óleo de la unción, y la morada de Dios tiene el rocío. Para tener el óleo en el Cuerpo y el rocío en la morada de Dios, necesitamos la unidad. Sin la unidad, no hay óleo ni rocío. Es necesaria la unidad para participar de estos dos aspectos. Cuando estamos en unidad, el óleo de la unción fluye sobre el Cuerpo y el rocío cae desde el cielo sobre la morada de Dios. ¿Se ha dado cuenta alguna vez de que este salmo menciona estos dos aspectos de la vida de iglesia? En el aspecto del Cuerpo del Señor, necesitamos que el aceite del Espíritu Santo fluya todo el tiempo, y en el aspecto de la morada de Dios, necesitamos que el rocío caiga sobre nosotros desde el cielo.

Los que nos reunimos en Los Angeles realmente hemos probado algo de este óleo y rocío en nuestra experiencia diaria. En las reuniones, y aun en nuestras casas, tenemos un sentir interior profundo de que el aceite de la unción está fluyendo, lo cual es el Espíritu que opera en nosotros por gracia. Al mismo tiempo un riego, muy fortalecedor y refrescante como el rocío, acompaña el fluir del Espíritu. En la vida de iglesia, experimentamos por la gracia el dulce fluir del Espíritu, y al mismo tiempo, tenemos el rocío que nos riega y refresca.

(Expresión práctica de la iglesia, La, capítulo 11, por Witness Lee)