Expresión práctica de la iglesia, La, por Witness Lee

LA UNIDAD DEL ESPIRITU

¿Qué es la unidad de la iglesia? El capítulo cuatro de Efesios lo explica: “Diligentes en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un Cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos” (vs. 3-6).

La unidad de la iglesia es la unidad del Espíritu, la cual consiste del Dios Triuno. En el capítulo cuatro de Efesios, los siete unos se subdividen en tres grupos, y en cada grupo está una de las tres Personas de la Deidad. En el primer grupo, vemos al Espíritu; en el segundo, al Señor; y en el tercero, a Dios el Padre. En el primer grupo está el Cuerpo, el Espíritu y la esperanza; luego en el segundo grupo vemos al Señor, la fe y el bautismo; y el último grupo contiene a Dios el Padre. El Cuerpo y la esperanza se mencionan junto con el Espíritu; la fe y el bautismo, junto con el Señor; y después, Dios el Padre, quien es sobre todos, por todos y en todos. La Deidad en tres Personas es nuestra unidad, la cual se realiza en el Espíritu.

La unidad de la iglesia es el Dios Triuno, el propio Dios en tres Personas que se imparte en nosotros para producir el Cuerpo. Es interesante notar que en estos tres grupos el Espíritu se menciona primero, luego el Señor y después Dios el Padre. Este orden concuerda con la formación del Cuerpo y no con la secuencia de la Deidad, la cual sería Dios el Padre, el Señor y el Espíritu. Pero según la formación del Cuerpo, primero experimentamos al Espíritu, luego al Señor y después a Dios el Padre. Esto se debe a que Dios el Padre es la fuente, el Señor es el cauce y el Espíritu es la aplicación. El Cuerpo llega a existir en el Espíritu y por la aplicación de éste. Es imposible tener el Cuerpo sin el Espíritu.

Cuando experimentamos al Espíritu, somos guiados al Señor; y cuando tenemos al Señor, poseemos la fuente, quien es Dios el Padre. Esta es la unidad de la iglesia, y no es nada menos que el Dios Triuno hecho real en el Espíritu; por lo tanto, la unidad de la iglesia es la unidad del Espíritu. El Padre está en el Hijo, el Hijo está en el Espíritu y el Espíritu está ahora en el Cuerpo. Son cuatro en uno: el Padre, el Hijo, el Espíritu y el Cuerpo.

¿Cómo puede ser esto posible? ¿Cómo puede el Dios Triuno ser uno con el Cuerpo? Se realiza solamente por la fe y el bautismo: por la fe entramos en el Señor y por el bautismo se le da fin a toda nuestra vejez; la fe nos introduce en Cristo y el bautismo nos saca de Adán. Por eso tenemos que creer y ser bautizados a fin de ser trasladados fuera de Adán e introducidos en Cristo. Nacimos en Adán, así que estábamos en Adán, pero al creer y ser bautizados, fuimos trasladados fuera de Adán e introducidos en Cristo.

Cuando creímos entramos en Cristo al creer; y al ser sepultados por el bautismo, dicha sepultura puso fin a todas nuestras viejas relaciones. Por medio de estas dos transacciones, estamos en Cristo y El en nosotros. En Cristo somos uno con el Dios Triuno y tenemos una esperanza. Todo está hecho, ahora sólo anhelamos dicha esperanza, la cual es nuestro futuro y destino, es decir, la venida de Cristo. Cristo es nuestra esperanza, la esperanza de gloria (Col. 1:27), y cuando El regrese seremos glorificados con El e introducidos en Su gloria (Fil. 3:21; 1 Co. 2:7; 1 P. 5:10).

Esta es la unidad. Todos los cristianos son verdaderamente uno en esto, y ningún creyente genuino difiere; somos iguales en los siete unos. Esta es nuestra unidad, la cual es la unidad del Espíritu. El Espíritu es la realidad de dicha unidad.

(Expresión práctica de la iglesia, La, capítulo 5, por Witness Lee)