ENTREGADOS INCONDICIONALMENTE
A LA IGLESIA LOCAL
Ahora entendemos claramente el tema de la unidad de la iglesia. Primero, no debemos insistir ni imponer a otros nada más que la fe. Segundo, no debemos dejarnos influir por ninguna clase de enseñanza. Debemos “pegarnos” a la iglesia local. A pesar de lo que otros enseñan no debemos distraernos. Si prestamos atención a las doctrinas, fácilmente seremos zarandeados por todo viento de enseñanza y nos desviaremos de la unidad del Cuerpo. Debemos dedicarnos a la iglesia local y nada más.
Debemos ser como la madera que se usa para edificar un podio, porque esa madera no sirve para nada más; es decir, es inútil para cualquier otro uso que se le quiera dar. De la misma manera, debemos ser inútiles y no servir para cualquier otro propósito que no sea la iglesia local.
Algunos amigos se me han acercado con buenas intenciones y me han dicho: “Hermano Lee, lo amamos, pero ha tomado el camino equivocado. Si usted no siguiera por ese camino de la iglesia local, sino por donde nosotros vamos, estaría en mucha demanda. Lo sentimos por usted”. A ellos les da pesar verme así, pero yo estoy tan contento. Prefiero entregarme incondicionalmente a la iglesia local; me gusta estar completamente estropeado y ser inútil para cualquier otro propósito que no sea la vida de iglesia. No me importa ninguna clase de doctrina ni enseñanza espiritual; sólo me interesa la iglesia local.
¡Alabado sea el Señor! La meta se ve claramente y el camino también. No tenemos ninguna otra alternativa sino la unidad. No nos debe importar nada más que la unidad. Hay un Cuerpo, un Espíritu y una esperanza; hay un Señor, una fe y un bautismo; y hay un Dios, el Padre de todos. Por consiguiente, somos uno. Esta es la razón por la cual somos tan amplios y todo-inclusivos; no nos interesa nada más que la fe.
(Expresión práctica de la iglesia, La, capítulo 5, por Witness Lee)
