EL CUERPO ES CRISTO
Luego en 1 Corintios 12:12 dice que el Cuerpo es Cristo. Cristo es el Cuerpo. La iglesia no se compone de estadounidenses, japoneses, chinos, franceses, alemanes ni británicos. En el Cuerpo, el cual es el nuevo hombre, no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, escita ni bárbaro, gente civilizada ni incivilizada; sino que Cristo es el todo, y en todos (Col. 3:11).
En la iglesia solamente está Cristo. El es el todo y en todos. Cristo debe absorbernos a todos. Si sólo Cristo queda, ¿cómo podríamos nosotros tener opiniones? Si sólo El permanece, ¿cómo podríamos exaltarnos a nosotros mismos? Las divisiones no provienen de Cristo, sino de la diversidad de personas.
En el Cuerpo, el cual es la expresión de la iglesia, hay una sola persona: Cristo. Debemos disfrutarlo y permitir que absorba todos los pueblos diferentes. Por eso en la iglesia no hay griego ni judío, personas cultas ni bárbaras. Cristo absorbe a todos. Esto no sucede por medio de la enseñanza, sino cuando nos nutrimos con las riquezas de Cristo.
Necesitamos ver esto claramente. No debemos corregir a los demás, no importa dónde estemos; solamente debemos alimentarlos con Cristo. Es muy fácil corregir a los demás, porque somos bastante religiosos y confiamos mucho en las enseñanzas. Pero esto nunca dará resultados. Debemos abstenernos de la tentación de corregir a otros, y debemos limitarnos a mostrarles cómo disfrutar a Cristo.
Yo soy una persona de acciones rápidas. Si voy a cierto lugar donde todas las personas son lentas, me veré tentado a corregirlas. Quizá en los primeros dos o tres días proceda con paciencia, pero esto es sólo la paciencia humana natural. Después de tres días, mi paciencia se agotará, y los criticaré por ser tan lentos. Esta no es la manera correcta. Solamente debo ministrarles a Cristo con el fin de alimentarlos. Si Cristo es Aquel que obra con rapidez, El hará el trabajo velozmente. Si Cristo no es rápido, entonces debemos dejarle el asunto a El. No debemos corregir ni criticar a los demás, sino alimentarlos y nutrirlos con Cristo. Las personas no necesitan corrección, sino ser nutridas y disfrutar a Cristo.
(Expresión práctica de la iglesia, La, capítulo 2, por Witness Lee)