Testimonio de Jesús, El, por Witness Lee

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APOCALIPSIS ES UN CUADRO DE JESUCRISTO

Apocalipsis 1:1 comienza diciendo: “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para mostrar a Sus esclavos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró en señales enviándola por medio de Su ángel a Su esclavo Juan”. La revelación de Jesucristo no es simplemente un relato objetivo revelado por Él, sino una revelación subjetiva. Desde el punto de vista objetivo, este libro es la palabra de Cristo, pero subjetivamente, todo el libro es un cuadro de Jesucristo. Los veintidós capítulos de este libro conforman un solo retrato. El versículo 5 del capítulo 5 declara que Jesús es el León de la tribu de Judá. Un cuadro de un león puede describirnos la vida del león, su historia y otras características secundarias. Sin embargo, describir todos estos detalles minúsculos sería pasar por alto el objetivo principal del retrato, ya que el cuadro en su totalidad es simplemente el retrato del león. Apocalipsis, que incluye veintidós capítulos, es una “pintura” de Jesús, que lo retrata y lo describe a Él. Sin embargo, si la pintura solamente representara al personaje principal y no hubiera ningún trasfondo ni paisaje, posiblemente pensaríamos que el artista no es muy hábil. Un buen artista crearía un cuadro lleno de significado. Es posible que parte del dibujo nos haga llorar mientras que otra parte nos haga regocijar. Si una pintura produjese tal reacción en nuestro ser, ello se debe a la obra del mejor artista. Apocalipsis es esta clase de “pintura”. Los veintidós capítulos de este libro constituyen una excelente pintura que nos retrata al León de la tribu de Judá, pero también nos muestran un trasfondo. Además del León, vemos también unas bestias con cuernos e incluso vemos un dragón (13:1-2, 11; 12:3). Juan lloró cuando vio la situación que había en el cielo, pero cuando vino el León de la tribu de Judá hubo gran regocijo (5:3-4, 8-14). Finalmente, el León como Cordero se casa con una novia, la cual llega a ser una ciudad en cuadro y el Cordero se sienta en el trono con Dios (19:7; 21:16; 22:1). Y de este trono sale el río de agua de vida, resplandeciente como cristal, y en el río crece el árbol de la vida. ¡Cuán maravilloso cuadro! Ésta es la revelación de Jesucristo.

(Testimonio de Jesús, El, capítulo 1, por Witness Lee)