Testimonio de Jesús, El, por Witness Lee

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LLEVAR A CABO NUESTRA SALVACIÓN PARA SER SALVOS DE LA GENERACIÓN PRESENTE Y CUMPLIR EL PROPÓSITO DE DIOS

Debemos aprender a no aferrarnos a nada que sea religioso. Debemos abandonar hasta lo más mínimo de la religión y disfrutar a Cristo. Tenemos que disfrutarlo en todas las cosas y tomarlo como nuestro alimento. Él dijo: “Yo soy el pan de vida” y “el que me come, él también vivirá por causa de Mí” (Jn. 6:35, 57). Cada día tenemos que comerlo a Él como el pan de vida, el árbol de la vida y el maná escondido. Esto no debiera ser para nosotros meramente un doctrina; tiene que ser algo que llevemos a la práctica. Tenemos que olvidarnos de la enseñanza de Balaam, la enseñanza de Jezabel (Ap. 2:14, 20), la adoración de ídolos y todas las cosas religiosas inútiles, y debemos comer el árbol de la vida, el maná escondido e incluso disfrutar al Señor Jesús como nuestro banquete día tras día (vs. 7, 17; 3:20). Esto nos ayudará a edificar nuestra salvación. Filipenses 2:12 dice: “Llevad a cabo vuestra salvación”. Esto no se refiere a la salvación que nos salva de la perdición eterna, sino a la salvación que nos salva de la generación torcida y perversa. Es imprescindible que llevemos a cabo esta salvación.

No debiéramos sentirnos molestos a causa de esta palabra, porque el versículo 13 nos dice que Dios es el que en nosotros realiza así el querer como el hacer, por Su beneplácito. Debido a que la operación de Dios nos motiva interiormente, nosotros simplemente cooperamos con Él para llevar a cabo la salvación que nos salva de la presente generación. Para tener la vida de iglesia apropiada no basta simplemente que nosotros estemos en el terreno de la unidad, sino que además edifiquemos el arca, tal como hizo la familia de Noé, a fin de que nos salve del presente siglo maligno y nos introduzca en una nueva era. Necesitamos esta clase de salvación, una que no es edificada directamente por Dios sino por nuestra cooperación diaria con la operación que Él realiza en nuestro ser. Ésta es la revelación de Dios hoy.

No debiéramos argumentar y decir: “¿No puedo yo permanecer en la Iglesia Católica? Acaso ¿no son las iglesias presbiterianas y las bautistas también la iglesia?”. Éstas no son preguntas apropiadas. La debida consideración sería preguntar ¿cuál es el camino del Señor para cumplir Su propósito, que da fin al presente siglo y que da comienzo a Su reino? Hemos ofendido a algunos cuando dijimos que no le es posible al Señor edificar Su iglesia en la Iglesia Católica, en las denominaciones, en los grupos libres y en el movimiento carismático. Sin embargo, no es nuestra intención ofender a nadie ni complacer a nadie. Nuestra intención es complacer únicamente a Dios. Tenemos que decirle la verdad a la gente. La revelación que Dios nos ha dado hoy en día es que todos nosotros tenemos que llevar a cabo la salvación que nos salve de esta generación torcida, que dé fin a la era actual y que introduzca la era del reino a fin de que se cumpla el propósito eterno de Dios. Esto no tiene nada que ver con nuestro bienestar, nuestra paz, gozo o ir al cielo, sino con satisfacer a Dios mediante el cumplimento de Su propósito eterno. Queridos santos, ésta es la era para andar con Dios (Gn. 5:22; 6:9). Cuando andamos con Dios, edificamos el arca que nos salvará a nosotros y a otros para cumplir el propósito de Dios, al dar fin a la vieja era y dar comienzo a la nueva era. Ésta es la revelación que Dios nos ha dado hoy, la cual es necesario que veamos. Para este propósito, no necesitamos ritos ni normas. Lo que necesitamos todos los días es el Señor Jesús como nuestro alimento, el árbol de la vida, y el maná celestial que nos sustenta, nos mantiene, nos anima y nos fortalece para que podamos tomar este camino elevado. Día tras día debemos andar en este camino para el cumplimiento del propósito de Dios.

(Testimonio de Jesús, El, capítulo 4, por Witness Lee)