Testimonio de Jesús, El, por Witness Lee

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NOÉ ENTRÓ EN EL ARCA A FIN DE SER SALVO DE SU GENERACIÓN Y SER INTRODUCIDO A UNA NUEVA ERA

Como hemos señalado, Noé fue salvo no solamente del juicio de Dios, sino también de la generación torcida, perversa y maligna. Cuando Noé entró en el arca, Jehová cerró la puerta (Gn. 7:16). Con esto Dios parecía decirle: “Aunque cambies de idea, tú no podrás salir de aquí. Te he encerrado y aquí debes quedarte”. Esta clase de salvación puede parecernos como una prisión. En cierto sentido, Noé fue salvo y rescatado, pero en otro sentido, estaba encarcelado. Quizás una de sus nueras pudo haberle dicho: “Prefiero estar en mi antigua casa con sus varias habitaciones, baños y un gran salón. Lo que usted nos predicó estaba muy bien, pero esta arca es como una prisión”. Hoy, en principio, es lo mismo. Llevo más de cuarenta años sirviendo al Señor y he sufrido muchas cosas. En varias ocasiones, mis hijos vinieron a decirme: “Padre, conforme a tu habilidad y estudios, no debiéramos de sufrir tanto. Otras gentes no estudiaron tanto como tú, ni tampoco son tan competentes, pero ahora poseen casas bonitas, tiendas, tierras y cuentas de banco. ¿Qué es lo que tú tienes? Sólo dispones de una habitación donde vive toda la familia. Aquellos que te tienen estima y respeto viven en mansiones, pero nosotros vivimos en una prisión”. Noé tal vez le haya respondido a su nuera: “¿Qué puedo hacer yo, y a dónde podemos ir? No puedo abrir la puerta. Esto no depende de mí sino de Jehová. Él nos encerró aquí; lo que debemos hacer es simplemente quedarnos aquí. No te preocupe, ten paciencia y espera un poco más”. Después del diluvio, Noé salió del arca con toda su familia y entró en una nueva era (8:16, 18).

Esto demuestra la clase de salvación que Noé tenía asegurada y que disfrutaba. Era una salvación que no solamente lo salvaría de la perdición eterna, sino que lo sacaría de una generación torcida y maligna y lo introduciría en una nueva era. No obstante, después que Noé salió del arca, Dios no tenía la intención de hacerle rey. Su intención seguía siendo que Noé y todos sus hijos lo expresaran corporativamente. Génesis 9:1 dice “Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra”. Puesto que el hombre fue hecho a la imagen de Dios, la multiplicación de Noé y sus hijos significaba que ellos serían la múltiple expresión de Dios. La intención de Dios no era hacerles reyes y disfrutar de una vida placentera y tener muchas tierras. Más bien, ellos deberían continuar lo que Dios se propuso cuando creó al hombre, para ser Su imagen como Su expresión corporativa.

(Testimonio de Jesús, El, capítulo 8, por Witness Lee)