Fe cristiana normal, La, por Watchman Nee

Más extractos de este título...

ARDIENTES POR DENTRO

Conozco a una señora que tiene muy buen temperamento. Nunca se enoja. Siempre hay una sonrisa en su rostro. Un día mientras que su sobrina estaba visitando su casa, una persona extremadamente irrazonable la reprendió por un largo rato. Muchas palabras insoportables le fueron dichas, pero no contestó ni una palabra; todavía había una sonrisa en su rostro. Después que la persona se fue, la sobrina asombrosamente dijo: “Tía, esa fue una buena demostración de paciencia para poder retener tu temperamento. Si yo hubiera sido tú me hubiera enojado. Al menos le hubiera contestado algo”. La tía dijo: “No, no pienses que no estaba enojada. ¡Me estaba quemando por dentro! Pero he cultivado mi paciencia y suprimido mis sentimientos”.

Nuestro problema no es si nuestro trastorno se manifieste o no. Más bien, es de si hay o no trastorno por dentro. ¡Vaya! ¡Es un hecho que tenemos toda clase de problemas por dentro! La Biblia nos muestra que somos pecaminosos naturalmente. No hay nada raro en que un hombre se vaya tras el pecado. Sus partes internas y externas se sienten compatibles unas con otras cuando peca. Para él, ésta es una consecuencia de lo más natural. Nuestra vida humana está destinada a ser manipulada por la carne, el mundo y el pecado.

(Fe cristiana normal, La, capítulo 8, por Watchman Nee)