Fe cristiana normal, La, por Watchman Nee

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EL ES EL AGUA DE VIDA

Cuando llegamos al capítulo siete de Juan, vemos el último y gran día de la fiesta. Jesús habló algunas palabras frente a aquellos quienes asistieron a la fiesta. “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El que cree en Mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (vs. 37-38). Imagínese: En uno de nuestros días festivos más importantes, yo, Watchman Nee, me levanto en medio de la multitud y grito: “Si tienen sed, vengan a mí y beban. El que cree en mí, de su interior correrán ríos de agua viva”. ¿Qué diría usted? Seguramente diría que soy un necio sin sentido de Shangai que está hablando disparates. Pero esto es exactamente lo que Jesús hizo y dijo. En realidad no había ninguna doctrina, sino sólo la persona de Cristo.

En aquel día en el cual Jesús habló estas palabras, una disputa se levantó entre los judíos. Algunos dijeron que verdaderamente él tenía que ser el Cristo. Otros decían que cómo Cristo podía salir de Galilea. Al tratar de responder quién sería este hombre, una disputa se levantó entre los judíos. La disputa se centró en una sola cosa: ¿Quién era este Jesús de Nazaret? Un cristiano auténtico es uno que cree que Jesús es el Cristo.

(Fe cristiana normal, La, capítulo 5, por Watchman Nee)