Fe cristiana normal, La, por Watchman Nee

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NUNCA HIZO LO MALO

En otra ocasión algunos opositores llegaron para tentarle. Le preguntaron si era lícito o no pagarle tributo a César. La nación judía, como sabemos, ya no existía, y el césar de Roma era su rey. Si Jesús hubiera dicho que “no” a la pregunta, se habría envuelto en un asunto político, y los opositores habrían tenido excusa para condenarle. Si decía que “sí”, todos los judíos lo hubieran considerado del lado de los romanos y le hubieran odiado. El resultado, por supuesto, habría favorecido a los opositores. Esa era una pregunta que no se podía contestar con un “sí” o un “no”.

¿Cómo contestó Jesús? El dijo: “Mostradme la moneda del tributo” (Mt. 22:19). El era sabio. Aun hizo que los que se le oponían sacaran la moneda de sus propios bolsillos. Luego les preguntó: “¿De quién es esta imagen, y la inscripción?” (v. 20). Ellos tuvieron que admitir que era la de César. Jesús dio una respuesta excelente: “Devolved, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios” (v. 21). Con eso deshizo todo el caso. Allí es donde yace Su majestad. El nunca cometió un error. A El no se le puede adjudicar ningún caso.

(Fe cristiana normal, La, capítulo 4, por Watchman Nee)