Fe cristiana normal, La, por Watchman Nee

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NINGUN ATEO ES MORAL

Una vez en una reunión en la Universidad de Nanking, comenté que ningún ateo es moral. Había allí muchos estudiantes que no creían en Dios. Ellos se ofendieron muchísimo con esas palabras. Al día siguiente, mientras yo hablaba, ellos empezaron a arrastrar los pies con la intención de distraerme a mí y al auditorio. Al siguiente día cuando volvieron, me hicieron gestos de burla durante mi mensaje. Al cuarto día el vicerrector de la universidad, el doctor Williams, se acercó y me dijo: “Creo que sería mejor cambiar el lugar de reunión. Estos estudiantes se pusieron furiosos con la afirmación que usted hizo el primer día, que los ateos son inmorales. Hoy no van a usar solamente los pies y la boca, sino que van a usar los puños. Oí que van a esperar a la entrada del corredor y que saltarán sobre usted cuando entre”. Estuve de acuerdo con el arreglo y conduje la reunión en otro lugar. Cuando iba para la reunión junto con algunos estudiantes, escuché sus conversaciones. Aunque muchos no estaban de acuerdo conmigo y estaban molestos por mi predicación, querían seguir oyendo. Uno de ellos dijo: “El señor Nee dijo que las personas que no tienen a Dios no tienen sentido de responsabilidad. Eso es perfectamente cierto. ¿Cómo puede una persona decente arrastrar los pies y hacer gestos mientras otro está dando un discurso? Ayer causaron disturbios en la reunión, y hoy quieren pelear. Indudablemente una persona honorable no haría tal cosa. No hay duda de que los que no creen en Dios no tienen decencia. Vayamos a la reunión y no nos preocupemos por lo que ellos planeen hacer”.

Una vez un muchacho le dijo a un predicador: “Cuando yo era joven, creía seriamente en Dios. Pero ahora que estoy en la universidad, ya no puedo creer en El”. El predicador, que tenía cincuenta años, palmeó al joven en el hombro y le dijo: “¿Con que ya no crees en Dios, hijo? Déjame hacerte una pregunta: Desde que te convertiste en ateo, ¿has mejorado moralmente? ¿El ateísmo te ha ayudado a mejorar? ¿Ha hecho tus pensamientos más limpios o tu corazón más puro? O ¿sólo ha producido lo opuesto?”. El joven se sintió avergonzado. Admitió que desde que había empezado a negar a Dios iba moralmente cuesta abajo. El predicador continuó: “Me temo que realmente no estás diciendo que crees que Dios no existe, sino que desearías que no existiera”.

(Fe cristiana normal, La, capítulo 1, por Watchman Nee)