EL CRISTO EN EL ESPIRITU
¿Cuándo empezó Pedro a conocer a Cristo de esa forma tan clara? No durante los tres años que siguió al Señor de un lado a otro. Aquel a quien él conoció entonces era solamente Jesús de Nazaret. Después de la resurrección y en el Espíritu empezó a conocer a Cristo en la forma en que le conocemos ahora. Si Cristo no está en el Espíritu Santo y no entra en nosotros, nunca le podremos conocer verdaderamente.
Hace algunos años pasé por el país de Egipto. Había algunos misioneros en nuestro grupo que trataron de persuadirme de hacer un recorrido por Palestina y quedarme allí dos meses. Me decían: “Ve a visitar a Jerusalén, Belén, y el Monte del Gólgota. Ve a ver todos los lugares por donde pisaron los pies de Jesús. Fortalecerá tu fe”.
En ese tiempo yo tenía ambas cosas, el tiempo y el dinero para viajar. Mas les dije: “No tengo ningún deseo de ir allí. No fortalecerá mi fe, ni me ayudará a conocer más a Cristo. El Cristo en quien yo creo nunca será afectado por Jerusalén. Aun si Jerusalén, Galilea y Nazaret desaparecieran, mi conocimiento de El permanecerá. Yo soy uno con El, y la experiencia que yo tengo de El nunca puede ser afectada por ningún factor externo. No tengo interés en lo absoluto en el llamado pesebre, en la madera y en los clavos de la cruz, u otras reliquias. Esas cosas al máximo sólo me pueden ayudar a conocer al Cristo en la carne. Lo que yo más atesoro es el Cristo en el Espíritu. El es más verdadero y mi conocimiento de El es más sólido que nuestra presencia física”.
(Fe cristiana normal, La, capítulo 11, por Watchman Nee)