COMO APLICAR AL CRISTO ASCENDIDO
A veces uno dice: “Oh, ¡me siento muy deprimido!” ¿Sabe qué quiere decir eso? Significa que está bajo el poder de la muerte. Cuando siente depresión en el espíritu o en el corazón, significa que está bajo la amenaza de la muerte, que está bajo el poder de las tinieblas. Tiene que aprender a aplicar a Cristo, es decir, al Cristo ascendido, en su situación. Necesita tener contacto con Cristo en seguida. Debe decir: “No estoy de acuerdo con ser deprimido por ninguna clase de situación. Tengo al Cristo ascendido; estoy en el Cristo ascendido”. Tiene que decírselo al Señor y tener contacto con El. Cuando tenga contacto con El, usted será resucitado, estará ascendido, porque el Cristo con quien tiene contacto es el Cristo que ascendió a los cielos. Cuando tenga contacto con El, estará en las montañas altas, no en los valles. Estará en la tierra elevada, muy por encima del nivel del mar. El problema es que cuando se siente deprimido, se olvida de Cristo; se olvida de que tiene a tal Cristo, quien ha ascendido muy por encima de todo. No lo aplica a su situación, no acude a El. No tiene contacto con El.
Muchas veces se me acercan hermanos cuyas mentes están llenas de problemas. En cierta ocasión un hermano en tal condición vino a verme. Después de hablar con él por un rato, le dije: “Hermano, arrodillémonos a orar”. Me respondió: “Hermano Lee, no puedo orar; mi mente está llena de problemas”. Me temo que a veces usted sea exactamente como este hermano. Era sumamente difícil hacerlo orar. Al encontrarse con esa clase de hermano, uno realmente necesita fortaleza. A veces uno se deja afectar. Puesto que él no puede orar, usted se sentirá tan deprimido por causa de él que tampoco podrá orar. Se levantará y le dirá: “Hermano, ¿qué debemos hacer?” El ha venido para preguntarle qué debe hacer, y usted le responde con la misma pregunta. Sin Cristo no hay solución. Cuando me he encontrado en situaciones semejantes, he aprendido a ejercitar mi espíritu y mi fe. Digo: “Señor, Tú estás aquí. No estoy de acuerdo con esa situación. ¡Ata al enemigo! ¡Ata al hombre fuerte! ¡Libera a este hermano! ¡Libera su mente! ¡Haz que ore!” Necesitamos orar como guerreros. Debemos luchar. ¡Alabado sea el Señor! Al orar así para tener contacto con el Cristo ascendido, usted liberará el espíritu de otros. Los conducirá a los cielos. Muchas personas han sido liberadas con esa clase de oración. Pueden, entonces, orar con lágrimas diciendo: “Señor, te alabo, te alabo. ¡He sido liberado!”
Hermanos y hermanas, ¿cómo pueden pelear la batalla que hay dentro de ustedes? Se lo diré. La única forma es estar en el Cristo ascendido. Estando en los cielos con el Cristo ascendido, pueden pelear en contra del enemigo; y éste estará debajo de sus pies. Cuando ustedes han sido oprimidos por Satanás, cuando han sido puestos debajo de los pies de él, ¿cómo pueden pelear en contra de él? Deben darse cuenta de que están en el Cristo ascendido. Ustedes están sentados en los cielos en Cristo.
Escuchemos lo que se nos dice en Ezequiel 34:13-15:
“Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país. En buenos pastos las apacentaré, en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirá en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor”.
En la tierra alta, en los montes de Israel, el pueblo del Señor disfrutaba de las corrientes de agua. Esas corrientes representan los arroyos del Espíritu Santo, el agua viviente del Espíritu Santo. En el Cristo ascendido, usted sentirá que fluye en su interior los arroyos de aguas vivas. Algunas veces se siente seco en el corazón y en el espíritu. Simplemente es porque no está aplicando al Cristo ascendido. Al ejercitar la fe y el espíritu para aplicar al Cristo ascendido a las situaciones, inmediatamente sentirá en su interior un arroyo viviente.
También se nos dice que en los montes el pueblo del Señor tiene buenos pastos, pastos suculentos, donde se alimenta. ¿Qué es esto? Es el Cristo de vida. El pasto representa a Cristo, quien está muy lleno de vida. Usted estará satisfecho. Nunca tendrá hambre. Cuando siente hambre en su espíritu, quiere decir que no está experimentando a Cristo como el Ascendido. Si en su situación aplica a tal Cristo, inmediatamente se sentirá satisfecho. Tendrá algo de que alimentarse. Tendrá las riquezas de los pastos de Cristo como su suministro.
Además, en esta tierra alta, tiene dónde acostarse con el rebaño. Esto es reposo. ¿Está inquieto? Tenga contacto con el Cristo ascendido y aplíquelo a su vida. En los montes de Israel encontrará reposo.
Usted tendrá el agua viva, los pastos suculentos y el buen redil donde pueda recostarse. Tendrá el agua refrescante, el rico alimento que sustenta, y reposo. Y una cosa más, el Señor mismo será su Pastor. Todo esto se experimenta en el Cristo ascendido. Si usted ejercita su fe para aplicar a Cristo en todas sus situaciones, disfrutará de todas estas cosas. Experimentará al Señor no sólo en conocimiento y doctrina, sino en una forma muy práctica en la vida diaria.
Además, se nos dice que en la tierra alta de los montes de Israel el Señor aceptará a Su pueblo como incienso agradable. Allí le servirán, y el Señor estará con ellos. Ofrecerán al Señor sus oblaciones, y El las aceptará.
“Pero en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice Jehová el Señor, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptaré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas consagradas. Como incienso agradable os aceptaré, cuando os haya sacado de entre los pueblos, y os haya congregado de entre las tierras en que estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros a los ojos de las naciones. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando os haya traído a la tierra de Israel, la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a vuestros padres”. (Ez. 20:40-42)
Esto quiere decir que por medio de experimentar a Cristo como el Cristo ascendido, seremos capacitados para servir al Señor. Entonces el Señor nos aceptará, y tendremos una excelente comunión con El. Todo depende de nuestra experiencia del Cristo ascendido.
(
Cristo todo-inclusivo, El, capítulo 3, por Witness Lee)