EL HIERRO Y EL COBRE
Llegamos ahora a los últimos aspectos: el hierro y el cobre. Creo que usted está familiarizado con la secuencia de la Epístola a los Efesios. El primer capítulo nos relata todas las bendiciones que hemos recibido en Cristo. Luego, el segundo, el tercero, el cuarto y el quinto están relacionados con las riquezas de Cristo. Este es el único libro en que se usa la expresión “las inescrutables riquezas de Cristo” (3:8). Después de contar todas estas riquezas, llegamos al capítulo 6, el final del libro. Allí vemos la batalla, la guerra. El último punto del libro de Efesios es la guerra espiritual. Cuando usted llegue al capítulo 6 de Efesios en la experiencia espiritual, habrá tenido un disfrute abundante de las riquezas de Cristo, habrá experimentado al Cristo de los capítulos del 1 al 5. Como le ha disfrutado hasta tal grado, y debido a la necesidad de tener el edificio de Dios y el gobierno divino, usted debe pelear la batalla espiritual. Cuando llegue a este punto, será capacitado para pelear, y habrá madurado en la vida de Cristo. En la experiencia de las riquezas de Cristo, debe pelear y puede pelear.
Inmediatamente después de ser llevados al campo de la batalla en este capítulo, leemos estos términos: yelmo, coraza, escudo, espada, etc. Hablando figuradamente, ¿de qué está hecho el yelmo? y, ¿de qué está compuesta la coraza? Ciertamente no están constituidos de un material suave o frágil. En el relato de 1 Samuel 17 se ve un guerrero gigante cubierto de bronce. Su cabeza, su pecho, sus rodillas y sus piernas estaban protegidos con bronce. Y la espada con el cual peleó estaba hecha de hierro. Los últimos aspectos de las riquezas de Cristo son el hierro y el cobre o el bronce, porque la última etapa de la experiencia cristiana es la guerra espiritual. En la batalla necesitamos el cobre y también el hierro.
¿Cuáles elementos de Cristo representan el hierro y el cobre? Se nos dice que Cristo regirá a las naciones con una vara de hierro. Por lo tanto, el hierro representa la autoridad de Cristo. El tiene plena autoridad sobre todo el universo. Le fue dada toda potestad en el cielo y en la tierra. Fue exaltado hasta los cielos, a la diestra de Dios y fue hecho Cabeza sobre todas las cosas. El tiene el hierro. La vara de hierro está en Su mano. Esto está muy claro.
Entonces, ¿qué aspecto de Cristo tipifica el cobre o el bronce? El bronce representa el juicio de Cristo. Pero debemos comprender que todo Su poder y autoridad para juzgar proviene de las pruebas que sufrió. Cuando estuvo aquí en la tierra, pasó por toda clase de pruebas y sufrió toda clase de dificultades. Sus pies son como bronce bruñido, refinado en el horno. ¿Qué representan los pies? Representan el andar, la vida en la tierra. El andar y la vida del Señor en la tierra fueron refinados, bruñidos, probados y juzgados por Dios. Incluso fueron probados por el enemigo y por la humanidad. Por medio de todas estas pruebas, la vida y el andar del Señor fueron probados y salieron perfectos, brillantes y radiantes. Por medio de esto, Cristo ha sido capacitado para juzgar a otros, porque primero El mismo fue probado, juzgado y refinado. Está equipado no solamente con bronce, sino con bronce refinado y brillante. El tiene la base y el derecho de juzgar.
(Cristo todo-inclusivo, El, capítulo 8, por Witness Lee)