CUATRO CATEGORIAS DE RIQUEZAS
Hemos visto que la tierra es rica primeramente en aguas, después en vegetales y en plantas, luego en animales y finalmente en minas o minerales. Hay cuatro categorías. Consideremos su orden; es muy significativo y muy espiritual.
Primero necesitamos el agua; de otra manera, las plantas no pueden crecer. Sin agua, las plantas y los vegetales nunca podrían existir ni crecer. Así que, el agua hace producir los vegetales y las plantas.
En 1958, fuimos a la tierra física de la cual estamos hablando, la tierra de Palestina. Después de quedarnos unos días en Jerusalén, fuimos a ver la ciudad de Jericó, la ciudad maldita. Jerusalén está edificada sobre un monte que está a una altura de tres a cuatro mil pies sobre el nivel del mar, y el valle de Jericó, donde está el mar Muerto, el cual está a una profundidad de seiscientos o setecientos pies bajo el nivel del mar. Así que, en un viaje de aproximadamente tres horas, de Jerusalén al “valle de la muerte” de Jericó, estuvimos solamente bajando. Cuando llegamos al fondo de ese valle, era como si estuviésemos en un horno. ¡Oh, qué calor! ¡Y no había nada de brisa! Era un desierto estéril y de calor abrasador, donde no había más que calor y polvo. Inmediatamente fuimos, en medio de esa escena desolada y árida, a ver las ruinas de la antigua ciudad de Jericó y para nuestra delicia, fuera de la ciudad había agua, un manantial de agua. Era la misma agua que fue sanada por el profeta Eliseo, por eso estábamos muy interesados en verla. Allí estaba: un manantial, una fuente que brotaba y un arroyo que fluía. Al seguir con nuestros ojos el agua, pudimos ver a distancia, en medio de ese valle silvestre, un lugar de hierba verde, palmeras y muchas otras clases de árboles. Era hermoso. Allí estaban el manantial, la fuente, el arroyo que fluía y luego una tierra llena de espeso verdor.
El Espíritu Santo mencionó en primer lugar el agua. El manantial, la fuente y el arroyo producen toda clase de planta y vida vegetal.
Entonces, ¿de qué se alimenta el ganado? Se alimenta de las plantas, de la vida vegetal. Entonces podemos ver el orden: primero las aguas, después los vegetales y luego los animales. Después de estos tres, el Espíritu se dirige a algo más: las piedras y los montes, de los cuales provienen el hierro y el cobre.
Hermanos y hermanas, este orden debe impresionarnos profundamente. Este orden corresponde en un cien por cien con las etapas de la vida espiritual.
(Cristo todo-inclusivo, El, capítulo 7, por Witness Lee)