EL EJERCICIO Y LA RECOMPENSA
Si somos llenos, saturados y empapados de Cristo, espontáneamente nos ejercitaremos en el reino. Al leer las epístolas de Pablo, vemos que él era alguien que continuamente se negaba a sí mismo. Su vida también era una en la que llevaba la cruz y perdía el alma. Esto no lo hacía por ascetismo, sino por medio del Espíritu vivificante y todo-inclusivo que vivía en él. Pablo disfrutaba a Cristo como el Espíritu vivificante a lo sumo; él tenía hambre de Él y continuamente lo disfrutaba. El disfrute que tenía Pablo de Cristo espontáneamente lo introdujo en el ejercicio del reino. Esto hizo posible que él cumpliera los requisitos de la constitución del reino de los cielos.
Pablo se mantenía en el ejercicio del reino por causa de la iglesia. Sólo existe una sola clase de personas con las cuales la iglesia puede ser edificada: aquellas que se ejercitan en el reino. Si delante del Señor tomamos en serio la edificación de la iglesia, debemos tener hambre de ser saturados de Cristo como el Espíritu vivificante y todo-inclusivo. Al ser saturados del Espíritu vivificante, somos introducidos en el ejercicio del reino. Entonces, tenemos la vida del reino.
El ejercicio que es propio del reino es la realidad de la vida de iglesia hoy. En gran medida, lo que tenemos sigue siendo una apariencia, pues aún estamos carentes de realidad. La realidad de la vida de iglesia es el ejercicio del reino, y el verdadero ejercicio del reino viene como resultado de disfrutar a Cristo como es debido. Es mediante este disfrute y ejercicio que somos juntamente edificados como iglesia. Y es así que Cristo edifica Su iglesia consigo mismo por medio del reino.
Mateo 5:3 dice: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”, y Mateo 5:10 dice: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”. Si somos pobres en espíritu y padecemos persecución por causa de la justicia, el reino será nuestro y estaremos en él hoy. Pero ¿en qué aspecto del reino estaremos, en el aspecto de la recompensa o en el aspecto del ejercicio? Estaremos en el aspecto del ejercicio del reino. Mateo 5:20 dice: “Porque os digo que si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”; y Mateo 7:21 dice: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos”. Estos dos versículos se refieren a entrar en el reino de los cielos en el futuro. Por un lado, el reino es nuestro y ya estamos en él; pero por otro, el reino está por venir y un día entraremos en él. Con respecto al ejercicio del reino, ya estamos en el reino hoy. Pero con respecto a la recompensa del reino, entraremos en el reino en el futuro.
(Ejercicio del reino a fin de edificar la iglesia, El, capítulo 8, por Witness Lee)