Ejercicio del reino a fin de edificar la iglesia, El, por Witness Lee

LOS TRES ASPECTOS DE LA SALVACIÓN DE DIOS

Debido a que el hombre es un ser tripartito, la salvación de Dios según se revela en la Biblia consta de tres aspectos. Primeramente, Dios salva nuestro espíritu por medio de la regeneración. Luego, Él transforma nuestra alma para que ésta sea salva. Por último, Romanos 8 dice que nuestro cuerpo será redimido, es decir, transfigurado. Por lo tanto, la salvación de Dios es una salvación completa que abarca todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo. Con respecto a la salvación de Dios hay tres aspectos, que son la salvación de nuestro espíritu, nuestra alma y nuestro cuerpo.

Muchos cristianos entienden claramente que la regeneración consiste en salvar el espíritu. Además, todos los verdaderos cristianos creen que cuando el Señor Jesús regrese, nuestro cuerpo será cambiado. Sin embargo, no son muchos los cristianos que tienen claridad con respecto a la salvación del alma, o a los versículos que hablan de este asunto (Mt. 16:25; He. 10:29; Jac. 1:21). Cuando era joven, me sentía muy confundido cuando leía estos versículos. Me decía a mí mismo: “Ya he recibido la salvación; ¿por qué tengo que esperar para recibir la salvación del alma?”. Conforme al Nuevo Testamento, todos hemos recibido la salvación en nuestro espíritu. Cuando creímos en el Señor Jesús y fuimos lavados con Su sangre, fuimos regenerados por el Espíritu Santo y fuimos salvos. Aunque la salvación de nuestro espíritu ya es nuestra, aún nos hace falta experimentar otra clase de salvación, la salvación del alma, para lo cual debemos esperar hasta que el Señor venga. Esta salvación no se obtiene simplemente por medio del creer, pues debe llevarse a cabo mediante la obra de la palabra implantada. La palabra viva de Dios es implantada en nuestro ser para producir algo. En el transcurso de los años, la luz fue intensificándose cada vez más en cuanto al asunto de la salvación del alma, y pudimos diferenciar los aspectos de la salvación de Dios que corresponden a las tres partes de nuestro ser. Nuestro espíritu ha caído; es por ello que necesitamos la salvación de nuestro espíritu. Nuestra alma fue arruinada; es por ello que necesitamos la salvación para nuestra alma arruinada. Más aún, nuestro cuerpo fue corrompido y quedó sujeto a la muerte; por lo tanto, necesitamos la salvación para nuestro cuerpo corrupto y moribundo.

(Ejercicio del reino a fin de edificar la iglesia, El, capítulo 6, por Witness Lee)