Ejercicio del reino a fin de edificar la iglesia, El, por Witness Lee

LA GRACIA DE DIOS

Lo que es sembrado en los Evangelios crece en las Epístolas y finalmente es cosechado en Apocalipsis. En las Epístolas tenemos el excelente ejemplo del apóstol Pablo. En 1 Corintios 15:10 él dijo: “Por la gracia de Dios soy lo que soy; y Su gracia para conmigo no ha sido en vano, antes he trabajado mucho más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”. Fue por la gracia de Dios que Pablo era lo que era, y por esta gracia él laboró más abundantemente que los demás. La gracia de Dios es Dios mismo como nuestro disfrute. Cuando leemos 1 Corintios 15:10 junto con ciertos versículos del libro de Filipenses, vemos que la gracia no es nada menos que el Cristo encarnado, crucificado y resucitado, quien llega a ser el Espíritu vivificante. Por eso en Filipenses 1:19 Pablo dice: “Porque sé que por vuestra petición y la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi salvación”. Ésta es la gracia de Dios. La gracia de Dios es el suministro abundante, inagotable e infinito del Espíritu de Jesucristo. Hoy en día este Espíritu está en nosotros. Es por eso que Pablo pudo decir: “Todo lo puedo en Aquel que me reviste de poder” (4:13). Aquí Pablo parecía decir: “Yo no puedo hacer nada; sin embargo, puedo hacerlo todo en Aquel que me reviste de poder. Aquel que me reviste de poder no está en los cielos, sino que está dentro de mí. En Él yo puedo hacer todas las cosas”.

(Ejercicio del reino a fin de edificar la iglesia, El, capítulo 7, por Witness Lee)