LAS TRES LLAVES
Los versículos del 21 al 26 no sólo revelan las puertas del Hades, sino también las llaves. La primera llave es la de negar el yo. El yo es una puerta abierta, pero negar el yo es la llave que la cierra. La segunda llave es tomar la cruz. Eso significa que la cruz es una llave que encierra al yo, al alma y a la mente. La tercera llave es perder el alma. Por consiguiente, las tres llaves que vemos aquí son: negar el yo, tomar la cruz y perder el alma. Cada día debemos usar estas tres llaves. Sin duda alguna, Pedro usó las llaves en el Día de Pentecostés y en la casa de Cornelio. Pero también necesitamos las tres llaves subjetivas que se encuentran en este pasaje de la Palabra.
Los principados y potestades en los lugares celestiales son puertas del Hades; pero, además de esto, el yo, el alma y la mente son tres puertas subjetivas muy cruciales. Si estas puertas subjetivas se cierran con llave, los principados o potestades no podrán entrar.
(Ejercicio del reino a fin de edificar la iglesia, El, capítulo 3, por Witness Lee)