Mensajes de la verdad, por Witness Lee

EL LUGAR Y EL CAMINO

El lugar donde el Señor realmente está no es un lugar, sino una persona. En Juan 14:4 el Señor dijo: “A dónde Yo voy, ya sabéis el camino”. Tomás respondió diciendo que ellos no sabían a dónde el Señor estaba yendo, y preguntó cómo podían saber el camino (v. 5). Entonces el Señor le dijo: “Yo soy el camino” (v. 6). Esto muestra que el camino es una persona, es Cristo mismo. Además de esto, el Señor le dijo a Tomás: “Nadie viene al Padre, sino por Mí”. Esto revela que el lugar es el Padre. Por lo tanto, el camino es una persona y el lugar también es una persona. No muchos cristianos han visto esto. El camino es el Hijo; y el destino, el lugar adonde nos lleva el camino, es el Padre.

Aunque el Hijo es el camino, Él podía serlo únicamente mediante la crucifixión y la resurrección. Un Cristo que no ha sido crucificado no puede ser el camino. En general, el Nuevo Testamento revela que Cristo murió en la cruz y se levantó de entre los muertos para llegar a ser el camino que nos da entrada al Padre. Por medio de Él, quien es nuestro camino, nosotros podemos estar en el Padre, así como Él está en el Padre.

(Mensajes de la verdad, capítulo 8, por Witness Lee)