Mensajes de la verdad, por Witness Lee

SANTIFICADOS POR LA VERDAD

No podemos santificarnos a nosotros mismos. Cuanto más nos esforzamos por santificarnos, más nos enredamos con cosas que son comunes. Pero cuando la Palabra mezclada con la esencia del Dios Triuno se imparte a nuestro ser como verdad, esta verdad nos santifica. Todos hemos tenido esta experiencia. Al entrar en contacto con la Palabra escrita que está mezclada con la Palabra viviente, algo se transfunde a nuestro ser y opera en nosotros durante el día.

Supongamos que los jóvenes tienen contacto con la Palabra y el Espíritu durante su vigilia matutina y luego se van a la escuela. Durante el día en la escuela, esta palabra de verdad operará en ellos para apartarlos y hacerlos personas diferentes de sus compañeros de clase en la manera en que se conducen, en sus acciones, en sus obras, en sus pensamientos y en sus sentimientos. Algo operará dentro de ellos para santificarlos, para hacerlos santos.

Al ingerir de este modo la Palabra, adquirimos la clara convicción de que algo del Señor se ha forjado en nuestro ser. Esto no es mero conocimiento bíblico ni cosas relacionadas con el Señor, sino la realidad del Dios Triuno que constantemente vive, se mueve y opera en nosotros separándonos de todo lo demás. Esto nos hace diferentes de las personas del mundo. Al ver las caras de los jóvenes yo me doy cuenta de que han recibido la gracia de la presencia del Señor. ¡Qué bendición es esto! Cada mañana podemos acudir a la Palabra viviente y permitir que la realidad divina se infunda en nuestro ser. De este modo, el Dios Triuno se transfunde a nuestro ser.

Esta transfusión del elemento de Dios nos libera de cosas negativas tales como nuestro mal genio, nuestros celos, nuestro odio y nuestro orgullo. Nos libera de todo lo que es falso. Ésta es una verdadera liberación, es una verdadera libertad. A medida que somos liberados, también somos santificados, somos apartados para Dios mismo y hechos santos delante de Él, no solamente con respecto a nuestra posición, sino también en nuestra manera de ser. Llegamos a ser uno con Dios debido a que Su propia esencia se forja constantemente en nuestro ser. Esto es lo que significa ser santificados por la Palabra de verdad.

(Mensajes de la verdad, capítulo 5, por Witness Lee)