Mensajes de la verdad, por Witness Lee

UN CUADRO DE NUESTRA UNIDAD EN EL DIOS TRIUNO

Casi todas las realidades espirituales que se encuentran en el Nuevo Testamento son abstractas. Sin embargo, en el Antiguo Testamento podemos encontrar tipos o cuadros para la mayoría de estas realidades. En Éxodo 26 vemos un cuadro de la unidad que existe en el Dios Triuno. Las tablas erguidas del tabernáculo formaban una estructura corporativa. El Arca que estaba dentro del tabernáculo era un solo objeto, pero el tabernáculo era una entidad corporativa. El Arca tipifica a Cristo. Sin embargo, los mismos materiales que se usaban para hacer el Arca también se usaban para hacer las tablas erguidas del tabernáculo. Tanto el Arca como las tablas estaban hechas de madera de acacia revestida de oro. Había un total de cuarenta y ocho tablas. Cuando estas tablas eran puestas juntas, formaban la morada de Dios. Sin duda alguna, la morada de Dios es una entidad corporativa. Por lo tanto, cuando contemplamos el tabernáculo con las cuarenta y ocho tablas erguidas vemos un cuadro de la verdadera unidad. A fin de ser una sola entidad, esto es, la morada de Dios, las cuarenta y ocho tablas tenían que ser unidas. Ellas eran uno, no en virtud de la madera de acacia, sino en virtud del oro que revestía la madera.

El Arca es un tipo de Cristo con Sus dos naturalezas: la naturaleza humana tipificada por la madera de acacia y la naturaleza divina representada por el oro. Ya hicimos notar que estos mismos materiales también se usaban para hacer las tablas a fin de que fuese edificada la morada de Dios. Si el oro le hubiese sido quitado a las tablas erguidas y sólo la madera de acacia hubiera quedado, de inmediato las tablas se habrían desplomado. Aun si ellas no se hubiesen desplomado y hubiesen permanecido juntas lado a lado, no podrían haber constituido una sola entidad; más bien, serían cuarenta y ocho tablas separadas. Su unidad no radicaba en la madera de acacia, sino en el oro. Esto nos muestra claramente el hecho de que nuestra unidad no se basa en la naturaleza humana, sino en la naturaleza divina, en el Dios Triuno. Si fuésemos despojados de la naturaleza divina, de inmediato nos separaríamos unos de otros. Aunque siguiéramos amándonos unos a otros e incluso nos abrazáramos, no seríamos uno. La unidad de las tablas erguidas del tabernáculo, o sea, la unidad que se basa en el oro, es un símbolo de nuestra unidad en el Dios Triuno.

(Mensajes de la verdad, capítulo 9, por Witness Lee)