PRACTICAR LA VERDAD
Por la misericordia del Señor, hemos tenido el fundamento de la vida, pero no hemos recibido de manera adecuada el resplandor de la luz. Esto permitió que alguien dijera que había sido comisionado para administrar todas las iglesias. Pero dicho administrador era más bien como un papa, y en el recobro del Señor no tenemos tal cosa. En los años que lleva el recobro del Señor en este país, siempre he sido muy cauteloso respecto al ejercicio de la autoridad. Conforme a la verdad, cada iglesia local tiene su propia jurisdicción y administración. Ninguna iglesia ni ninguna persona pueden administrar los asuntos de todas las iglesias. No obstante, alguien que carece de la verdad afirmó ser el administrador de todas las iglesias. El hecho de que tantos recibieran estas palabras indica que no conocían la verdad o que no la practicaban.
No debemos aceptar nada que sea contrario a la verdad, no importa quién lo diga. Incluso si el apóstol Pablo dijera algo diferente de la verdad hallada en el Nuevo Testamento, deberíamos rehusarnos a aceptar tales palabras. En lugar de ello, deberíamos decir: “Pablo, cuando escribiste las Epístolas, estabas bien con Dios. Pero ahora que estás hablando algo diferente, tú eres como aquel Pedro a quien el Señor Jesús reprendió en Mateo 16”. No debemos permitir que nadie, ni siquiera al apóstol Pablo, nos engañe. Debido a la falta del resplandor de la luz, se ha hecho cada vez más manifiesta la socavación del ministerio y también el intento por cambiar la naturaleza del recobro del Señor. Si mientras esto sucedía un hermano se hubiera levantado en defensa de la verdad, habría sido un héroe en cuanto a la práctica de la verdad. De ahora en adelante, cada iglesia que está en el recobro del Señor debe ser columna y fundamento de la verdad. Además, cada iglesia debe ser una estación de policía, y cada santo debe ser un policía activo que ejerce su función, conociendo la verdad y poniéndola en práctica.
Supongamos que un hermano que ha sido usado grandemente por el Señor en Su recobro se pusiera en pie en una reunión y les exigiera a los santos que lo adoren. De inmediato, cualquier hermano, hasta una hermana adolescente, debería pedirle que se calle, diciendo: “No podemos recibir el hablar de este hombre perverso porque está haciéndose un ídolo y nos está pidiendo que lo adoremos. En el pasado, él fue de mucha ayuda para el recobro del Señor, pero ahora su hablar es el hablar de Satanás. Yo amo al Señor, amo el recobro y amo a este hermano, pero estoy bajo el resplandor de la luz celestial y he recibido la verdad de que no debemos adorar a nadie, incluso a quien nos haya brindado más ayuda. Hacer semejante cosa no es conforme a la verdad, sino conforme a la falsedad de Satanás”.
(Mensajes de la verdad, capítulo 2, por Witness Lee)