Mensajes de la verdad, por Witness Lee

SOMOS UNO EN EL DIOS TRIUNO

Cuando estamos en el Dios Triuno, somos uno; pero cuando estamos en nosotros mismos, somos divididos. Las enseñanzas externas en cuanto a la unidad no nos hacen uno. Cuanto más los cristianos hablan acerca de la unidad, más divididos están. Al igual que los corintios, ellos están en sí mismos, por lo que están acabados en lo que se refiere a la unidad genuina.

Ya dijimos que en Juan 14 el Señor Jesús dijo que iba a preparar un lugar para nosotros. Este lugar es Dios el Padre, y el camino que nos conduce allí es el Señor Jesús. En Juan 14:6 el Señor dijo: “Yo soy el camino, y la realidad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí”. Cristo, el Hijo, es el camino, y el Padre es el lugar. Aunque los incrédulos sólo pueden morar en sí mismos, nosotros tenemos la opción de morar en nosotros mismos o morar en el Dios Triuno. No tenemos que quedarnos en nosotros mismos; pues podemos trasladarnos de nosotros mismos y entrar en el Dios Triuno. Un lugar ha sido preparado para nosotros, y se nos ha presentado una opción. El Señor dijo que después que preparara un lugar para nosotros en la casa de Dios, vendría a recibirnos a ese lugar; para que así, donde Él está, nosotros también estemos. El Señor está en el Padre, y desea que nosotros también estemos en el Padre. Dado que hay un lugar preparado para nosotros en el Padre, nosotros ahora, al ser santificados por la verdad, podemos trasladarnos a Él. Esto involucra tanto la Palabra como el Espíritu. Si continuamente tenemos contacto con la Palabra y permitimos que el Espíritu nos toque cada día, seremos santificados; es decir, nos trasladaremos de nosotros mismos, de nuestra vieja morada, al Dios Triuno, nuestra nueva morada. Al efectuarse este cambio de morada, la mundanalidad, la ambición, la autoexaltación y las opiniones quedan atrás.

(Mensajes de la verdad, capítulo 6, por Witness Lee)