LOS PASOS QUE CONDUCEN A LA UNIDAD
Hay varios pasos que nos conducen a la unidad representada por el tabernáculo. Primero, tenemos al Espíritu inicial, que es el Espíritu que nos regenera y nos sella. Después sigue el proceso de la transformación, por el cual somos transformados en madera de acacia. Junto con la transformación, se lleva a cabo el proceso en el que la madera es revestida de la naturaleza divina. Además, el Espíritu intenta continuamente pasar a través de nosotros, es decir, traernos la experiencia de la cruz. Sin embargo, para que esto suceda, se requiere tanto la cooperación de nuestro espíritu como también de nuestra mente, voluntad y parte emotiva. Sólo entonces las barras que unen, esto es, las cinco barras distribuidas en tres hileras, podrán unir a los creyentes y hacer de ellos una sola entidad. Cuando experimentamos todos estos aspectos, tenemos la unidad en el Dios Triuno como se revela en Juan 17. Esto significa que tenemos el edificio en virtud del oro que lo reviste y lo mantiene en unidad.
(Mensajes de la verdad, capítulo 11, por Witness Lee)