LA PROPAGACIÓN DEL ESPÍRITU QUE SELLA
Una vez que somos regenerados, el Espíritu que sella empieza a propagarse en todo nuestro ser. Con respecto a algunos de nosotros, esta propagación ocurre muy lentamente. No obstante, sigue avanzando. Muchos de nosotros podemos testificar que la propagación del oro ha aumentado desde que vinimos al recobro del Señor. Como mencionamos en el mensaje anterior, ser revestidos de oro siempre va a la par con la transformación, ya que el oro únicamente recubre la madera de acacia. La naturaleza de Dios, la cual es de oro, jamás revestirá nuestra naturaleza caída, sino únicamente nuestra naturaleza regenerada y transformada. Nuestra naturaleza caída es madera corrupta, pero nuestra naturaleza regenerada y transformada es madera de acacia. Esto nos lo confirma nuestra experiencia y lo que hemos observado en la experiencia de muchos otros santos.
No sólo hemos recibido el sello del Espíritu, sino también el sellar del Espíritu (véase Estudio-vida de Efesios, mensaje 12). Este sellar está propagándose en nuestro ser, revistiéndonos del oro. Desde el momento en que fuimos regenerados, hemos tenido algo muy precioso dentro de nosotros. Al leer la Palabra, hemos llegado a ver que esta preciosa sustancia es la naturaleza divina que se añade a nosotros con Dios el Espíritu. Día a día, este Espíritu junto con la naturaleza divina se está propagando en nosotros. Cuanto más oramos, tenemos comunión con el Señor, leemos Su palabra y le decimos que lo amamos y deseamos ser uno con Él, más sentimos que algo se propaga en nuestro interior, revistiéndonos de oro.
(Mensajes de la verdad, capítulo 11, por Witness Lee)