Mensajes de la verdad, por Witness Lee

GUARDAR LA UNIDAD

Ahora llegamos a una pregunta bastante difícil de contestar: ¿Por qué las barras que unen las tablas son de madera de acacia por dentro? Tal vez resulte fácil entender que nosotros las tablas erguidas seamos hechos de madera de acacia por dentro y luego estemos revestidos de oro. Pero ¿qué significa que el Espíritu que une tenga humanidad, la cual es representada por la madera de acacia, y que dicha humanidad esté revestida de divinidad, tipificada por el oro? Algunos maestros del cristianismo han señalado que las barras que unen representan al Espíritu que une, pero ninguno ha explicado por qué en el Espíritu que une se halla la madera de acacia.

Efesios 4:2 y 3 nos ayuda a entender este asunto. El versículo 3 nos habla de ser diligentes en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Aunque la unidad es la unidad del Espíritu, nos corresponde a nosotros guardarla. Guardar la unidad es responsabilidad nuestra, y no del Espíritu. Aquí tenemos divinidad, la unidad del Espíritu, y también humanidad, que corresponde al hecho de guardar la unidad. Si sólo tenemos la unidad del Espíritu, pero no guardamos la unidad, habrá deficiencias. Por lo tanto, tenemos que ser diligentes en guardar la unidad. Guardar la unidad, como se menciona en el versículo 3, está relacionado con las virtudes mencionadas en el versículo 2. Debemos guardar la unidad del Espíritu al ser humildes, mansos y longánimos, y al soportarnos los unos a los otros en amor. La humildad, la mansedumbre, la longanimidad y el soportarnos en amor son las virtudes humanas representadas por la madera de acacia, de la cual estaban hechas las barras que unían las tablas. Por consiguiente, a fin de guardar la unidad del Espíritu, necesitamos una humanidad que posee ciertas virtudes.

Estas virtudes no son producto de nuestra carne ni de nuestro hombre natural; más bien, se originan en nuestro espíritu, no en nuestra alma. Por consiguiente, ésta es una mansedumbre espiritual, una humildad espiritual, una longanimidad espiritual y esto es soportarnos los unos a los otros en amor espiritual.

(Mensajes de la verdad, capítulo 11, por Witness Lee)