Servicio neotestamentario, El, por Witness Lee

AQUEL QUE ES MÁS QUE JONÁS Y EL VERDADERO SALOMÓN

Entonces algunos de los escribas y fariseos vinieron al Señor Jesús y le pidieron que les mostrara un milagro o una señal. “Él respondió y les dijo: La generación malvada y adúltera busca señal; y señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán; porque ellos se arrepintieron ante la predicación de Jonás, y he aquí más que Jonás en este lugar. La reina del sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar” (vs. 39-42).

El hecho de que los escribas y los fariseos le hayan pedido al Señor ver una señal era un reto para el Señor. Parece como si dijeran: “Muéstranos Tu poder”. Sin embargo, el Señor Jesús no les hizo ningún milagro. A Él no le importó el reto que le hicieron. Sólo dijo que se les daría una señal: la señal de Jonás. Jonás había sido rechazado por el pueblo. Él no mostró su poder, ya que no tenía poder exteriormente. Él fue tragado por el mar, y por tres días y tres noches él se quedó impotente. Finalmente, sin embargo, él llegó a tierra firme. Parece como si el Señor dijera: “Yo soy más que Jonás. Cuánto más me desafiáis, más quedo impotente. Un día me pondréis sobre la cruz. Estoy dispuesto, y no haré nada para deteneros. Estaré en la tumba por tres días, pero al tercer día me levantaré. Ésta es la verdadera señal”. Esto significa que la señal única de esta era ha sido que Cristo haya muerto en la cruz y se haya levantado a fin de liberarnos en resurrección. La señal más grande hoy no es algo externo, sino una persona que es enterrada y resucitada con Cristo. En esto consiste la señal de esta era. Por tanto, Cristo es más que Jonás.

Entonces después de Su resurrección, Cristo es el verdadero Salomón, quien juzga y discierne con sabiduría. “He aquí más que Salomón en este lugar” (v. 42). Se menciona a Salomón después de Jonás, aunque en la historia Salomón precedió a Jonás, puesto que el orden que se sigue aquí es conforme al significado espiritual. Cristo tuvo que morir primero y después resucitar para ser el Rey. Él tenía que ser Jonás primero, y entonces podía ser Salomón. Primero tenemos que experimentar a Cristo como el Jonás que murió y resucitó, y entonces podemos experimentarle como el sabio Salomón. Él es más que Jonás, y es más que Salomón. Él es el gran Profeta y también el gran Rey. Él es Aquel que nos introduce en la muerte y nos saca de la muerte en resurrección, y Él también es Aquel que juzga y discierne dentro de nosotros. El hecho de que Cristo sea más que Jonás alude a la crucifixión y resurrección. El que Cristo sea más que Salomón significa que a Él se le ha confiado toda la economía de Dios. Él juzga, y tiene la sabiduría para juzgar. Además, Él es Aquel que edifica el templo de Dios. Primero, Él pasó de la crucifixión a la resurrección, como lo tipifica Jonás. Entonces, después de la resurrección, Él logró la economía de Dios y cumplió el propósito de Dios en la tierra. Esto fue algo totalmente tipificado por Salomón.

Para concluir, estos casos nos muestran que no necesitamos la ley del Sábado. Tampoco necesitamos a David, al templo, al profeta Jonás ni al rey Salomón, puesto que tenemos a Cristo. Cristo lo es todo: nuestro David, nuestro templo, el Señor del Sábado, nuestro Jonás y nuestro Salomón. Mientras tengamos a Cristo, no necesitaremos nada más. Así que, podemos ver a partir de todos estos casos que el servicio neotestamentario está fuera de la religión, pero completamente con Cristo.

(Servicio neotestamentario, El, capítulo 11, por Witness Lee)