Servicio neotestamentario, El, por Witness Lee

EL PEQUEÑO Y HUMILDE JESÚS

Otro punto es el siguiente: el verdadero fruto del servicio neotestamentario es, en principio, humilde y pequeño. María y José no produjeron a un Cristo grande. El Cristo que ellos produjeron fue comparado a una planta tierna, y no a un cedro de gran altura. También fue comparado a una raíz de tierra seca. No hay aspecto atractivo ni majestad (Is. 53:2). Él es el pequeño y humilde Jesús.

Jesús nació en una ciudad real, Belén, pero Él fue criado en Nazaret. Por tanto, Él era un hombre de Belén y también de Nazaret. Las personas religiosas tenían todo el conocimiento bíblico. Ellos sabían que ningún profeta jamás había salido de Galilea y pensaban que nada bueno podía salir de Nazaret. Ellos acertaron en cuanto a la Biblia, pero pasaron por alto a Cristo. (Es por esto que yo digo que el conocimiento bíblico puede ser un impedimento para conocer a Cristo). Si lo que producimos para el Señor es algo grande, debemos preguntarnos si algo está mal. Todo fruto del servicio neotestamentario debe ser pequeño y humilde. No debemos tratar de ser algo grandioso y de hacer una gran obra. No debemos tratar de producir algo maravilloso y magnífico; esto está mal. María y José no produjeron a alguien así. El Jesús que ellos produjeron era pequeño.

Las personas siempre miran las cosas grandes. Todos pensaban que Cristo sería algo grandioso y que nacería en la ciudad real como un gran rey. No obstante, el Señor es soberano, e incluso yo diría que a veces Él es soberano de una manera sutil. El Señor usó a César para promulgar un decreto a fin de que se efectuara el primer censo. De esta manera la madre de Jesús fue llevada a Belén, donde nació Jesús. Inmediatamente después del nacimiento de Jesús, María y José se fueron con Él debido a la persecución. Finalmente, regresaron a Nazaret de una manera secreta. Solamente aquellos que tenían una visión celestial podían saber lo que había ocurrido.

El conocimiento de las Escrituras no es suficiente por sí solo. No podemos conocer a Jesús por medio de nuestro entendimiento natural de las Escrituras. El resultado del fruto que se produce en el servicio neotestamentario debe tener cierta característica que, en un sentido, ofende a los demás y les resulta difícil entender. ¿Quién es este Jesús? ¿Cómo puede ser el Cristo? ¿Acaso puede Cristo salir de Nazaret? ¿Acaso no es Él hijo del carpintero? Conocemos la Biblia, conocemos la familia del carpintero y parece que lo sabemos todo. Sin embargo, este tipo de conocimiento causa que pasemos por alto a Cristo. Muchas veces las personas me han dicho lo que saben acerca de diferentes asuntos en la Biblia. No obstante, me dije a mí mismo: “Usted conoce todas las Escrituras, pero parece que ha pasado por alto a Cristo”. Había algunos que conocían a los padres, a los hermanos y a las hermanas, pero simplemente no conocían a Jesús.

Debemos recordar que la obra neotestamentaria es producir algo humilde y pequeño, sin forma y sin belleza exterior. En un sentido será algo sin dignidad, y puede ser algo que ofenda y que cause malentendidos. ¡Exteriormente Jesús es pequeño, pero interiormente está lleno de Dios! ¡Aleluya! Muchos cristianos buenos, sólidos y fundamentalistas han venido a nuestras reuniones y solamente han visto la apariencia exterior. Quizás la apariencia exterior de nuestras reuniones no era lo que se esperaban, pero ¡sin lugar a dudas nuestras reuniones están llenas de Dios! Necesitamos olvidarnos de las cosas que esperamos según la tradición y producir algo que aunque sea humilde en su apariencia exterior, interiormente esté lleno de Dios. Ésta es la manera de realizar el servicio neotestamentario.

(Servicio neotestamentario, El, capítulo 4, por Witness Lee)