Servicio neotestamentario, El, por Witness Lee

EL ERROR QUE COMETIERON LOS MAGOS

Ahora consideremos lo que hicieron los magos: ellos vieron a la estrella celestial y la siguieron, pero cometieron un gran error. Ellos recibieron la visión, pero poco después volvieron a su concepto humano y usaron su entendimiento natural. Ellos sabían que esta estrella representaba al Rey de los judíos; por tanto, dedujeron que tenían que ir a Jerusalén y preguntarle a aquellos que sabían acerca de esos asuntos. Como ya sabemos, el hecho de ir allá causó muchos problemas. Creo que si no se hubieran vuelto a su concepto natural, sino que hubieran mirado continuamente a la estrella en el cielo, la estrella habría ido delante de ellos todo el tiempo y los habría guiado directamente al lugar donde estaba Jesús. No debían haber ido a Jerusalén. Se habían equivocado por completo y causaron que muchas vidas pequeñas e inocentes se perdieran. Los líderes religiosos judíos tenían el conocimiento, y los magos tenían la visión. No obstante, los que recibieron la visión cometieron un gran error y, de no haber sido por la intervención divina, habrían causado la muerte del pequeño niño Jesús.

Cuando los magos llegaron a Jerusalén, Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él (Mt. 2:3). Herodes con razón, pero ¿por qué toda Jerusalén? ¿Acaso aquellos que estaban en Jerusalén no estaban a favor de Cristo? ¿Por qué estaba toda Jerusalén turbada debido al nacimiento de Aquel que esperaban? Así es la religión. Temo que muchas personas que aparentemente quieren que regrese el Señor, serán turbadas con Su venida.

Entonces Herodes convocó a los principales sacerdotes y a los escribas e inquirió de ellos dónde había de nacer el Cristo (v. 4). Los escribas eran aquellos entre el pueblo que eran los doctores en teología. Inmediatamente contestaron: “Belén”, y le citaron el libro correcto, el capítulo correcto y el versículo correcto. Le citaron Miqueas 5:2, pero ¿alguno de ellos fue a Belén? ¡Ni uno! Ellos se turbaron con la noticia, pero a nadie le importó ir a ver lo que había ocurrido.

(Servicio neotestamentario, El, capítulo 5, por Witness Lee)