DE DOS EN DOS
Mientras que aparecía como una gran luz, Él se acercó a dos hermanos, a Pedro y Andrés, cuando ellos estaban pescando. Inmediatamente, Él los llamó para que le siguieran. Les dijo: “Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de hombres” (v. 19). Otra vez tenemos que recordar que este libro fue escrito según un orden doctrinal. No dice que Jesús se le apareció a un hermano, sino que se le apareció a dos. Ante todo, necesitamos darnos cuenta de que no podemos seguir a Jesús a solas. Necesitamos que otros sean nuestros compañeros. Cuando considero mi vida cristiana en el pasado, me doy cuenta de que el Señor ha sido muy misericordioso conmigo. Siempre he estado acompañado por otros. Según el principio, no seguimos a Jesús a solas; necesitamos compañía. Después que el Señor llamó a Pedro y a Andrés, llamó a otros dos hermanos, Jacobo y Juan. El principio del Cuerpo es de dos en dos, y no de uno en uno. Seguir a Jesús es un asunto del Cuerpo. No es un asunto individual, sino corporativo.
(Servicio neotestamentario, El, capítulo 9, por Witness Lee)