Servicio neotestamentario, El, por Witness Lee

LA VIDA DE SABIDURÍA

Hemos visto cuatro casos en el Nuevo Testamento que tratan sobre el servicio. El primer caso tenía que ver con concebir y producir a Cristo. El segundo caso tenía que ver con encontrar a Cristo. El tercer caso trata sobre testificar por Cristo, y el cuarto caso, de seguir a Cristo. Todos estos casos han ilustrado clara, adecuada y completamente que el servicio neotestamentario es algo fuera de la religión. Algunos podrían decir que esto es simplemente nuestra manera de interpretar estos cuatro casos; por tanto, necesitamos la confirmación a partir de la propia enseñanza del Señor. En este capítulo veremos las palabras claras y sencillas del Señor Jesús. Con esto veremos que la manera en que hemos interpretado estos cuatro casos es confirmada completamente por la enseñanza del Señor.

En los pasajes anteriores, se encuentran cuatro casos que revelan algo de la enseñanza del Señor acerca del servicio neotestamentario. El primer caso está relacionado con Juan el Bautista. “Vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonio tiene. Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre glotón y borracho, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores. Pero la sabiduría es justificada por sus obras” (Mt. 11:18-19).

Vino Juan, que ni comía ni bebía. Esto no quiere decir que Juan no comió nada. Se nos dice que él comía cosas extrañas tales como langostas y miel silvestre. Lo que el Señor quiso decir es que Juan no comía ni bebía en el sentido cultural. No comía de la manera en que la gente estaba acostumbrada; no comía según la tradición. Seguramente bebía mucho, pero no bebía ninguna bebida según la cultura. En otras palabras, en la manera en que comía y bebía no se hallaba la cultura, la civilización ni la tradición; no comía ni bebía según el sistema o la cultura que sigue el hombre.

¿Qué decía la gente acerca de Juan? Ellos pensaban que había perdido la cabeza, y dijeron que tenía un demonio, que estaba poseído por un demonio. Al observar la manera en que comía, bebía y vivía, ellos pensaban que había perdido la cabeza y que estaba poseído por un demonio.

Entonces Jesús dijo que vino el Hijo del Hombre, y que comía y bebía. Esto tampoco era normal a los ojos de las personas, puesto que Él estaba comiendo y bebiendo más de lo que ellos pensaban que debía. Él estaba de banquete junto con los recaudadores de impuestos y pecadores. Por tanto, dijeron que Él era un hombre glotón y borracho. Juan estaba en un extremo y Jesús en el otro. ¿Quién tenía razón? ¿Es correcto comer en contra de la cultura humana, o es correcto disfrutar del banquete incluso con pecadores?

Podemos pensar que es mejor comprometernos un poco y estar más o menos en medio, y no en ninguno de los extremos. Sin embargo, permítanme compartirles algo en este momento. En la salvación que el Señor nos otorga, no hay compromiso. Al final, estaremos en la Nueva Jerusalén o fuera de ella. Si no hay compromiso, entonces ¿qué haremos? ¿Debemos seguir a Juan o a Jesús? El Señor Jesús no dijo nada acerca de a quién hemos de seguir en este asunto. En este aspecto no hay reglas para nuestro vivir. Lo que dijo es que la sabiduría es justificada por sus obras, o justificada por sus hijos.

Tenemos que ser los hijos de la sabiduría; y la sabiduría, sin duda, es Cristo mismo. Los hijos son aquellos que tienen la vida de los padres. Ser hijo es una cuestión de vida; por tanto, los hijos de la sabiduría son aquellos que tienen la vida de sabiduría. Cristo es justificado por aquellos que tienen Su vida. Es una cuestión de vida; no se trata de comer o beber de la manera en que lo hizo Juan, ni de la manera en que lo hizo Jesús. Todos debemos comer y beber al seguir la vida de Cristo dentro de nosotros. ¿Debemos comer y beber de una manera salvaje como lo hizo Juan, o debemos estar de banquete como lo hizo el Señor Jesús? La respuesta es simplemente seguir la vida de Cristo. Puesto que somos los hijos de la sabiduría, tenemos la vida de sabiduría, y la sabiduría es Cristo. Puesto que tenemos la vida de Cristo, no debemos conformarnos a ciertas reglas externas, sino que debemos conformarnos a Su vida dentro de nosotros.

Apliquemos este principio. Hoy en día existe la manera de vivir de los “hippies”, y casi todos los hippies tienen el pelo largo. Supongamos que un hippy se vuelve cristiano. ¿Debe dejarse el pelo largo o cortárselo? Los cristianos, sin duda, no son hippies, pero tampoco son lo opuesto de los hippies. Los cristianos son hijos de la sabiduría. Ellos tienen la vida maravillosa de Cristo dentro de ellos. Por tanto, no deben seguir el camino de los hippies ni seguir el camino contrario a los hippies. Simplemente deben seguir la vida de Cristo dentro de ellos. Nosotros los cristianos somos hombres de Cristo. Somos aquellos que tenemos a Cristo como vida. Los caballeros condenan a los hippies, y los hippies condenan a los caballeros; pero nosotros no condenamos a nadie ni justificamos a nadie. Sólo justificamos la vida de Cristo. La sabiduría es justificada por sus hijos. No nos interesa el camino que siguen los caballeros ni el camino que siguen los hippies; sólo nos interesa Cristo. ¡Aleluya! Cristo como vida es la regla para nuestro vivir.

Si usted se considera un caballero, puede ser que se fije en todos los hippies entre nosotros y considere que somos una “iglesia de hippies”. Sin embargo, tiene que darse cuenta de que también tenemos a muchos caballeros entre nosotros, pero esto no significa que somos una “iglesia de caballeros”. No debemos ser una iglesia de caballeros ni una iglesia de hippies, sino una iglesia de Cristo, una iglesia llena de Cristo.

Tal vez algunos pregunten por qué tengo el pelo cortado al estilo de un caballero y no al estilo de un hippie. Permítanme decirles que antes de tomar la decisión de cortarme el pelo así, tuve mucho contacto con el Señor. Finalmente, tomé la decisión según la vida interior de Cristo. La vida interior de Cristo me condujo a cortarme el pelo de esta manera. El hecho de cortarme el pelo de esta manera no quiere decir que estoy a favor de la manera en que los caballeros se cortan el pelo. Si me preguntan cómo deben cortarse el pelo, simplemente les diría que acudan al Señor para ver lo que Él les dice. Permitan que la vida interior de Cristo tome la decisión por ustedes. Ninguno de nosotros está en la posición de criticar a nadie. Mientras que algo no sea pecaminoso, no tenemos derecho a juzgarlo; permitan que el Señor haga esto.

Aquí entonces, en el caso de Juan el Bautista, vemos que la vida cristiana apropiada está fuera de la religión y la cultura.

(Servicio neotestamentario, El, capítulo 11, por Witness Lee)