EL PRINCIPIO DE LA COORDINACIÓN
Hemos visto muy claramente que el servicio neotestamentario consiste simplemente en producir a Cristo. Todo lo que hacemos hoy en el servicio neotestamentario debe producir a Cristo trayéndolo a otros. El primer caso de producir a Cristo trayéndolo a otros es el nacimiento de Jesús. En este caso podemos ver el principio fundamental de la coordinación entre María y José. Para coordinar de esa manera en el servicio neotestamentario, todos necesitamos ser una María o un José. Quizás producimos a Cristo en vida, pero nos falta la debida posición; por tanto, necesitamos que otros nos pongan en tal posición. Si no vemos este asunto, no podremos producir a Cristo trayéndolo a otros.
Actualmente, muchos hermanos y hermanas han emigrado a otras ciudades para propagar la vida de iglesia. Cuando vayamos a otra ciudad, tenemos que mantener presente que necesitamos tal coordinación: la coordinación que se realiza tanto conforme a la vida como en relación con la debida posición. Debemos adorar a Dios por la soberanía que ejerció al llevar a María hasta José y al preparar a José con respecto a María, a fin de que por medio de tal coordinación, Cristo pudiera producirse en el linaje humano. Por medio de esta coordinación, se cumplieron muchas promesas del Antiguo Testamento en cuanto a Cristo. Él nació de una virgen, era la simiente de mujer, la descendencia de Abraham, la descendencia de Isaac, la descendencia de Jacob y la descendencia de Judá; Él era el Vástago, el retoño de Isaí, el hijo de David; Él nació en Belén, escapó a Egipto, regresó a la tierra de Israel y se estableció en Nazaret para así ser llamado nazareno. Todas estas promesas y profecías se cumplieron por medio de esta sola coordinación.
¿Cómo podemos lograr el propósito de Dios en la tierra hoy? No existe ninguna otra manera fuera de la coordinación. Seamos Marías o Josés, debemos coordinar juntos a fin de producir a Cristo trayéndolo al hombre.
(Servicio neotestamentario, El, capítulo 5, por Witness Lee)