Estudio-vida de Marcos, por Witness Lee

CENA CON LOS PECADORES

Mateo es llamado

El versículo 14 dice: “Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió”. El banco de los tributos públicos era una casa de peaje donde se recaudaban impuestos para los romanos. Leví, también conocido como Mateo, era uno de los recaudadores y probablemente ocupaba una posición prominente (Mt. 10:3). Los recaudadores de impuestos eran censurados, menospreciados y aborrecidos por los judíos (Lc. 18:11; Mt. 5:46), a quienes les causaba mucha amargura el tener que pagar impuestos a los romanos. Casi todos los recaudadores abusaban de su oficio exigiendo más de lo debido por medio de acusaciones falsas (Lc. 3:12-13; 19:2, 8), y por eso eran menospreciados por el pueblo y considerados indignos de respeto (Lc. 18:9-10). Así que, los tenían en la misma categoría que a los pecadores (Mr. 2:16). Aunque Mateo era recaudador de impuestos, fue llamado por el Salvador-Esclavo y más tarde fue escogido y designado como uno de los doce apóstoles (3:18). ¡Qué misericordia!

El relato del llamamiento de Mateo es muy sencillo. El era recaudador de impuestos, alguien a quien los judíos tenían por traidor debido a que ayudaba a los imperialistas romanos. En el Nuevo Testamento los recaudadores de impuestos eran contados con las rameras. No obstante, Mateo fue llamado por el Salvador-Esclavo. El Señor sencillamente le dijo: “Sígueme”, y se nos dice que él se levantó y le siguió. Según este relato, ésta era la primera vez que el Señor se encontraba con Mateo. El Señor debe de haber tenido un poder atrayente, ya sea en Sus palabras o en Su apariencia, que motivó a Mateo a seguirle.

Seguir al Señor incluye creer en El, pues nadie le seguiría si no creyera en El. Creer en el Señor significa ser salvo (Hch. 16:31), y seguirle es entrar por la puerta estrecha y andar por el camino angosto (Mt. 7:13-14).

Este caso, en el cual el Señor llama a alguien a seguirle, no es el primero que se relata en el Evangelio de Marcos. En 1:16 el Señor vio a Simón y a Andrés que echaban sus redes en el mar, y les dijo: “Venid en pos de Mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando al instante las redes, le siguieron” (vs. 17-18). Un poco más adelante, el Señor llamó a Jacobo, el hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, los cuales estaban en una barca, remendando las redes (v. 19). Cuando los llamó, ellos dejaron a su padre con los jornaleros y se fueron en pos de El (v. 20). En el capítulo dos encontramos un caso semejante. El Señor vio a Leví, o sea Mateo, en el banco de los tributos públicos, y le dijo que le siguiera, y Mateo sencillamente se levantó y le siguió. Como respuesta al llamado del Salvador-Esclavo, este acto implicaba que él renunciaba a su trabajo sucio y a su vida pecaminosa.

(Estudio-vida de Marcos, capítulo 8, por Witness Lee)