Estudio-vida de Marcos, por Witness Lee

UN CUADRO DE LA SOCIEDAD

En 4:35—5:43 vemos tres eventos: se subyuga la rebelión, se expulsa a los demonios poniéndosele fin así a la subsistencia basada en la inmundicia, a saber, la crianza de cerdos, y se sana a una mujer que tenía un flujo de sangre. Estos tres acontecimientos reflejan la condición actual de la sociedad. Primero, entre los seres humanos hay una corriente de rebeldía. En lugar de que haya paz, ocurren conflictos constantemente. Además, en la sociedad actual se da la posesión de demonios y la “crianza de cerdos”. En todos los países hay personas que se ganan la vida dedicándose a alguna forma de negocio inmundo. El mundo entero está entregado a criar cerdos y está bajo el control de legiones de demonios. Además, todas las personas caídas están moribundas; la esencia de la vida se les escapa irremediablemente. La rebelión, la posesión de demonios junto con la crianza de cerdos, y el escape de la vida caracterizan la sociedad humana actual. Por esto sentimos el deseo de salir a predicar el evangelio. Se necesita que el Señor venga y subyugue la rebelión, eche fuera los demonios, acabe con la crianza de cerdos, y sane la dolencia del escape de la vida.

Ya vimos que en 5:21-43 se combina el caso de la mujer que tenía el flujo de sangre y el de la hija del principal de la sinagoga, lo cual indica que estos dos casos presentan la condición de una persona. Podemos decir que la niña nació con la enfermedad mortal de la mujer. Esta también es la condición de todo ser humano. Todos nacimos con una enfermedad mortal; nacimos para morir. Según lo que se relata en este pasaje, cuando esta enfermedad llega a su fin, morimos, tal como murió la niña. La niña nació con la enfermedad de la mujer y murió de ella. Pero el Salvador-Esclavo la sanó de esa enfermedad mortal. Cuando la enfermedad fue eliminada, la niña revivió. Esto muestra que la sanidad de la mujer equivalía a la resurrección de la niña.

La sanidad de la mujer y la resurrección de la niña muestran un cuadro de lo que experimentamos cuando aceptamos el evangelio. Cuando oímos el evangelio y lo recibimos, fuimos sanados de la enfermedad del escape de la esencia de nuestra vida, y como resultado, fuimos vivificados. Nacimos con una enfermedad mortal, pero al recibir el evangelio fuimos sanados y vivificados.

(Estudio-vida de Marcos, capítulo 17, por Witness Lee)