EL MARTIRIO DEL PRECURSOR
No debemos pensar que si predicamos el evangelio, presentamos la verdad y ministramos vida seremos aceptados. No, nosotros también hemos de ser rechazados, así como lo fueron Juan el Bautista, el Señor Jesús y los discípulos.
Después de que el Señor fuera rechazado por los nazarenos, envió a los doce. Posteriormente, Juan el Bautista, el precursor del evangelio, fue muerto, lo cual muestra el odio que Satanás le tenía al fiel precursor del Salvador-Esclavo, odio que expresó a través de las tinieblas y la injusticia del poder mundano.
¿Cómo se produjo la ejecución de Juan el Bautista? Se llevó a cabo por petición de Herodias. Marcos 6:17-19 dice que Herodes “había enviado hombres y prendido a Juan, y le había echado en la cárcel por causa de Herodias, mujer de Felipe su hermano; pues se había casado con ella. Porque Juan decía a Herodes: No te es licito tener la mujer de tu hermano. Por eso Herodías le guardaba rencor, y deseaba matarle, y no podía”. Juan fue asesinado por causa de las tinieblas de los políticos, las tinieblas de quienes estaban en el poder. Herodes no gobernaba con justicia. El había cometido fornicación con Herodias, esposa de su hermano, y ésta odiaba a Juan el Bautista.
Herodes sabía que Juan era un hombre justo y santo, y le tenía cierto respeto. “Herodes temía a Juan, sabiendo que era varón justo y santo, y le guardaba a salvo; y oyéndole, se quedaba muy perplejo, pero le escuchaba con gusto” (v. 20). Ciertamente fue una injusticia que este hombre justo y santo fuera echado en la cárcel.
El versículo 21 dice que “llegó un día oportuno cuando Herodes, en su cumpleaños, dio un banquete a los grandes de su corte y a los capitanes y a los principales de Galilea”. Y durante este banquete entró la hija de Herodías y danzó, y agradó a Herodes y a sus invitados. Herodes, fascinado y engañado por la danza de ésta, le dijo: “Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré” (v. 22). Ella, siguiendo las instrucciones de su madre Herodias, le pidió la cabeza de Juan el Bautista. Así que, como resultado del odio, las tinieblas y la concupiscencia, se le dio muerte al precursor del evangelio, el cual era un hombre justo y santo. Esto muestra un cuadro vívido del rechazo del evangelio por parte del mundo.
En 4:35-5:43 se presenta un cuadro de la sociedad actual, una sociedad llena de rebelión, demonios, métodos inmundos de ganarse la vida, enfermedades y muerte.
En 6:1-29 vemos un cuadro diferente, uno de rechazo, de injusticia y de odio hacia el evangelio y los que lo administran. Ya que tal es el caso, no debemos esperar ser acogidos por el mundo. Nunca debemos esperar ser honrados ni tenidos en alto, ya que esto no es para los que sirven al Señor en el evangelio. Si somos fieles al Señor en Su ministerio, seremos despreciados y sufriremos rechazo, injusticia, odio y quizás hasta la muerte. Pero el rechazo y el odio del mundo no deben desalentarnos. Al contrario, deben animarnos.
(Estudio-vida de Marcos, capítulo 19, por Witness Lee)