DAR EN EL BLANCO
Según la economía de Dios, el Cuerpo de Cristo debe contener a una persona viva que es muy real, práctica, viviente y disponible. Es por ello que la intención de Dios es que Cristo haga Su hogar en nosotros. No se trata de si tenemos la razón o no, sino de si Cristo está propagándose en todo nuestro ser como una persona viviente. No debemos esforzarnos por tener la razón, sino más bien por practicar el tomar a Cristo como nuestra persona. Si Él está haciendo Su hogar en nuestro corazón, entonces estamos dando en el blanco. El problema es que nosotros tratamos de estar en lo correcto, mas Cristo no está haciendo Su hogar en nuestro corazón. Por lo tanto, debemos ver que el punto central de Efesios es que Cristo haga Su hogar en nuestro corazón. Es de esta manera que podemos participar de todas las inescrutables riquezas de Cristo.
¡Qué salvación más grande que podamos vivir por otra persona! Los incrédulos no tienen a otra persona; ellos sólo se tienen a ellos mismos. Nosotros, en cambio, tenemos a alguien más y Él puede reemplazar nuestra persona. Esto no tiene nada que ver con la religión, sino con una persona viviente que está haciendo Su hogar en nuestro corazón. Yo puedo testificar que he experimentado las riquezas de Cristo en los pasados años. He estado disfrutando a Cristo ricamente. Cuando nos volvemos a nuestro espíritu y lo tomamos como nuestra persona, sencillamente disfrutamos de Sus riquezas. Es al disfrutar de Sus riquezas que Él hace Su hogar en nosotros. La experiencia práctica que tenemos del Cristo que mora en nosotros consiste en permitir que Él haga Su hogar en nuestro corazón. Esto no es algo que yo me propongo hacer ni es mi buen comportamiento, sino que tiene que ver totalmente con permitir que Él haga Su hogar en mí. Durante todo el día debemos aprender a decir: “Señor Jesús, te tomo como mi persona”. Entonces Él tomará posesión de cada parte de nuestro ser, y nuestro corazón vendrá a ser Su hogar.
(Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, El, capítulo 13, por Witness Lee)