Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, El, por Witness Lee

UNA UNIÓN ESPIRITUAL Y MÍSTICA

Quisiera citar a continuación un libro titulado Word Studies of the New Testament [Estudios de palabras del Nuevo Testamento] escrito por Marvin R. Vincent. “Bautizarlos EN el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. La preposición en denota unión o comunión con. Bautizar en el nombre de la Trinidad Santa implica una unión espiritual y mística con el Dios Triuno. El nombre es la totalidad del Ser Divino y equivale a Su persona. Su nombre no tendría eficacia alguna si estuviera separado de Su naturaleza. Cuando alguien es bautizado en el nombre de la Trinidad, dicha persona declara que reconoce y se apropia de Dios en todo lo que Él es y en todo lo que hace por el hombre”.

Creo que entendemos esto claramente. Bautizar a las personas en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo significa introducirlas en el Dios Triuno. Según el señor Vincent, esto equivale a introducirlas en la totalidad del Ser Divino, lo cual implica una especie de unión espiritual y mística.

El cristianismo nos dice que Jesús nació simplemente para salvar a los pecadores. Pero Mateo no termina de esa manera. Mateo concluye con Jesús como el Espíritu vivificante, la corporificación del Dios Triuno, quien introduce a todo el pueblo escogido de Dios en Sí mismo. Además, nos dice que Su presencia está con todos los que son bautizados. Mateo abarca mucho más que el simple acto salvador de Jesús; pues concluye diciéndonos que Jesús bautiza a todo el pueblo de Dios en el Dios Triuno. Y Él siempre está con todos aquellos a quienes ha introducido en Sí mismo. Esto es sencillamente la vida de iglesia. No consiste simplemente en la acción salvadora de Jesús, sino en ser introducidos en Jesús como el Espíritu vivificante, la corporificación del Dios Triuno, a fin de que podamos disfrutar de Su presencia que mora en nosotros en la vida de iglesia.

(Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, El, capítulo 3, por Witness Lee)