Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, El, por Witness Lee

NO SER MÁS INDIVIDUALES

Algo que debemos entender es que cuando Dios entra en nosotros, con el tiempo dejamos de ser individualistas. Esto es igual a lo que sucede con las lámparas eléctricas. Antes de que la electricidad fluya en las lámparas, todas ellas son individualistas; pero una vez que entra la electricidad, todas vienen a ser uno con la electricidad, y la electricidad llega a ser su factor de unidad. Todas las lámparas son conducidas a una especie de unidad.

De la misma manera, los cristianos no debemos ser unidades individuales. Debemos tener algo que nos une. Nuestra unidad es el propio Dios que es nuestro contenido interior. Cuando Dios es nuestro contenido, dejamos de ser muchos individuos diferentes. Aparentemente lo somos, pero interiormente somos una sola unidad. Supongamos que en el techo de este salón hay treinta lámparas y que la corriente eléctrica fluye por todas ellas. Externamente, son muchas lámparas individuales, pero interiormente sólo hay una electricidad, por medio de la cual todas ellas llegan a ser una sola unidad. Todas tienen el mismo contenido, y ese contenido es su unidad. ¡Aleluya! Nosotros somos muchos cristianos, pero todos tenemos un mismo contenido; por lo tanto, todos tenemos la misma unidad. Dios mismo en nosotros es nuestro contenido. Ésa es la relación más profunda que Dios tiene con el hombre.

(Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, El, capítulo 1, por Witness Lee)