LA CORPORIFICACIÓN DE DIOS
Cuando Cristo vino, Él era la corporificación de Dios. “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios” (Jn. 1:1). Cristo es Dios. Algunos de los así llamados cristianos hoy no confiesan que Él es Dios. Pero todo el que no confiese que Cristo es Dios no es nuestro hermano. Todos los verdaderos cristianos deben confesar esto. Aparte de Cristo y fuera de Cristo sencillamente no podemos encontrar a Dios. “En Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col. 2:9). Dios está en Cristo y Cristo es la manifestación de Dios (1 Ti. 3:16; He. 1:13).
(Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, El, capítulo 2, por Witness Lee)