ECHAR TODA NUESTRA ANSIEDAD SOBRE ÉL
En la Biblia hay muchos versículos que contienen preciosas promesas de Dios para nosotros. En Mateo 6 el Señor nos promete que no tenemos que preocuparnos por lo que hemos de comer, beber o vestir. El Padre sabe lo que necesitamos. Luego, 1 Pedro 5:7 dice: “Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él se preocupa por vosotros”. Él mora en nosotros y lleva sobre Sí todas nuestras preocupaciones. Él no sólo lleva nuestras cargas, sino que incluso nos lleva a nosotros sobre Sus hombros. Entonces, ¿por qué hemos de preocuparnos? Con preocuparnos no podemos añadir ni una pulgada a nuestra estatura. Por lo tanto, debemos entregarnos completamente a Él.
Sé que decir esto es fácil, pero ponerlo en práctica es mucho más difícil. Cuando tratamos de regocijarnos, después de haber dado tres gritos de júbilo, empezamos a preocuparnos. Prácticamente no tenemos fe. ¿Qué debemos hacer entonces? Debemos olvidarnos de nosotros mismos y volvernos a Él. Permitan que el Señor viva por ustedes. Permitan que Él lleve toda su carga. Echen sobre Él sus preocupaciones, porque Él se preocupa por ustedes. Ya que Él se preocupa por nosotros, no es necesario que nos preocupemos. Sé que a pesar de todo lo que les diga, ustedes aún se preocuparán mucho. Sin embargo, recuerden que en su interior está una persona. Vuélvanse a Él y permitan que Él lleve todas sus cargas.
Cuando nuestras circunstancias son favorables, nos resulta fácil alabar al Señor. Pero cuando pasamos por circunstancias difíciles, nos es imposible alabar al Señor. Hoy tal vez el sol esté brillando, pero ayer estaba nublado. En la práctica, la vida de iglesia es así. Ciertos días son esplendorosos, y otros días están nublados. Pero cuando leemos acerca de la vida de Pablo, nos damos cuenta de que él había aprendido el secreto. El secreto es el Cristo que mora en nosotros. Ya sea que el sol brille o esté nublado, ya sea que las circunstancias sean buenas o malas, tenemos a una persona maravillosa que vive en nosotros y que lleva todas nuestras cargas. Lo que tenemos que hacer es volvernos a Él y permitir que Él sea nuestra persona.
(Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, El, capítulo 15, por Witness Lee)