LA MISMA VIDA
Supongamos que tenemos aquí a dos hermanos. ¿Cuántas vidas tienen ellos? Algunos dirán que tienen dos, y otros dirán que tienen tres vidas. Pero yo no estaría de acuerdo con eso. Ellos únicamente tienen una sola vida, y esa vida es Cristo. Todos tenemos la misma vida, porque todos tenemos a Cristo en nosotros. Sin embargo, una cosa es tener una sola vida, y otra muy distinta, vivir por esa vida. El problema es que aunque tenemos una sola vida, vivimos por otra vida. Todos tenemos una misma vida, pero todos vivimos por diferentes vidas. En lugar de vivir por Cristo, tomándole como nuestra vida, nosotros vivimos por nuestra propia vida. Es posible que no hayamos hecho nada malo. De hecho, es posible que durante todo el día hayamos vivido sin hacer nada malo. Sin embargo, ¿podríamos decir que durante todo el día vivimos por Cristo? Hay una gran diferencia entre estas dos cosas.
El Señor Jesús dijo: “El que me come, él también vivirá por causa de Mí”. Esto no es una norma del bien ni un precepto en el que se nos manda que hagamos todo correctamente. La norma y el precepto sencillamente son Cristo mismo. El bien no debe ser nuestra norma; tampoco hacer lo correcto debe ser nuestro precepto. Nuestra norma y nuestro precepto deben ser simplemente el Señor Jesús mismo. ¿Por qué no va usted al cine? ¿No lo hace porque lo considera malo? Si ésa es la razón por la cual usted no va al cine, me temo que no sabe vivir por Cristo. La razón apropiada debe ser que el Señor Jesús no quiere ir. Si Él no va, entonces yo no voy. La razón por la cual nos abstengamos de hacer algo nunca debe ser que lo consideramos malo. Debe ser porque el Señor Jesús no quiere hacerlo. Debemos ser uno con Él, y debemos vivir por causa de Él.
(Cristo que mora en nosotros seqún se ve en el canon el Nuevo Testamento, El, capítulo 5, por Witness Lee)