EDIFICAR A LOS MUCHOS MIEMBROS
PARA QUE SEAN EL CUERPO DE CRISTO
Coordinar juntos y ejercer
nuestra función conforme
a la medida de cada uno
En primer lugar, la meta de la impartición de Dios es edificar a los muchos miembros como Cuerpo de Cristo. En el Cuerpo de Cristo todos los miembros coordinan juntos y ejercen su función conforme a la medida de cada uno (Ro. 12:3-8). Pablo dijo en Romanos 12:3: “Digo, pues, mediante la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí de tal manera que sea cuerdo, conforme a la medida de fe que Dios ha repartido a cada uno”. Pensar con cordura aquí significa no ser descuidado ni insensato, sino considerar las cosas apropiadamente, sin irnos a ningún extremo. En la coordinación del Cuerpo, tenemos que considerarnos a nosotros mismos de manera cuerda. No sólo debemos considerarnos desde nuestro propio punto de vista, sino que debemos conocernos según somos en el Cuerpo de Cristo. Si Dios lo ha puesto a usted en el Cuerpo de Cristo como un dedo meñique, y si usted tiene la visión del Cuerpo, lo aceptará con gozo. Esto es lo que significa pensar con cordura.
Después de esto, los versículos 4 y 5 dicen: “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo Cuerpo en Cristo y miembros cada uno en particular, los unos de los otros”. Por lo tanto, todos necesitamos saber en qué lugar del Cuerpo nos encontramos y cuál es nuestra función (vs. 6-8). Asimismo, debemos pensar con cordura, a fin de coordinar con los demás en la iglesia y ser conjuntamente edificados. Muchas veces surgen problemas en la iglesia porque los creyentes consideran a otros y emiten juicios con base en su punto de vista natural. Por esta razón, tenemos que ser librados de nosotros mismos y del hombre natural, a fin de que nuestra mente pueda ser sobria y juzgar las cosas de manera precisa. De este modo, estaremos en la posición apropiada y coordinaremos gozosamente para ser edificados con los demás. Ejerceremos nuestra función conforme a nuestra propia medida, y nunca nos extralimitaremos ni nos menospreciaremos a nosotros mismos. De este modo, el Cuerpo será edificado.
Llevar una vida
que exhibe virtudes
de la norma más elevada
Romanos 12:9-11 nos muestra una vida que exhibe virtudes de la norma más elevada en el Cuerpo. Este pasaje nos muestra que la vida que exhibe virtudes de la norma más elevada excede los requisitos de la ética y la moralidad humanas. Ésta es la vida que nosotros los cristianos debemos vivir en la iglesia delante de los hombres. Sólo así podremos coordinar y ser edificados apropiada y adecuadamente con los demás como una sola entidad.
Creo que muchos de ustedes aquí son casados. ¿Pueden informarme de una pareja que jamás discuta? Si las discusiones son inevitables aun entre el esposo y la esposa, ¿cómo podemos evitarlas entre los hermanos y hermanas en la iglesia? Pablo dijo en Filipenses 2:14: “Haced todo sin murmuraciones y argumentos”. Las murmuraciones tienen que ver con nuestra parte emotiva y vienen principalmente de las hermanas, mientras que los argumentos o razonamientos están relacionados con nuestra mente y vienen principalmente de los hermanos. Ambos nos impiden experimentar y disfrutar a Cristo a lo sumo. Tanto las murmuraciones de las hermanas como los razonamientos de los hermanos provienen de la carne, la cual no ha sido disciplinada ni ha pasado por la cruz. Si somos personas que han pasado por la cruz, no seremos nosotros los que vivimos, sino Cristo que vive en nosotros. Si morimos y vivimos con Cristo de esta manera, seremos conformados a la imagen del Hijo primogénito de Dios y vendremos a ser personas que han pasado por la muerte y la resurrección. De este modo, la vida de iglesia será una vida llena de paz y gozo.
(Estudio más profundo en cuanto a la impartición divina, Un, capítulo 7, por Witness Lee)
