Estudio más profundo en cuanto a la impartición divina, Un, por Witness Lee

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LA OPERACIÓN DEL DIOS TRIUNO EN LOS CREYENTES

Todos tenemos que ver que el Dios Triuno es la “electricidad” más poderosa. Él ha sido instalado en nosotros, y diariamente está girando dentro de nosotros de una manera muy suave y fina. Si usted tiene contacto con Él, recibirá el disfrute; y si lo ignora, se perderá el disfrute. Muy pocos cristianos han visto este asunto. Por lo tanto, necesitamos pedirle al Señor que ilumine nuestro entendimiento y cambie nuestra oración, de modo que no supliquemos como mendigos. Debemos alabarlo y darle gracias, diciendo: “Señor, te doy gracias. Tú eres la ley del Espíritu de vida, y has entrado en mí y has permanecido conmigo desde el primer día hasta hoy. Nunca has dejado de ‘moverte’. Señor, te alabo, pues todavía sigues operando en mí de muchas maneras”. El Dios Triuno está operando en nosotros diariamente. Esta operación es una impartición suave, fina y delicada de Él mismo en todos nosotros.

Esta noche todos nosotros hemos ingerido algún alimento. Cuando el alimento entra en nosotros, hay una operación. Esta operación es nuestra digestión, y esta digestión es una ley que opera en nuestro cuerpo. La meta de esta ley y esta operación es impartir el alimento poco a poco en nuestro cuerpo, de modo que éste asimile poco a poco los elementos nutritivos. El Señor nos dijo claramente en el Evangelio de Juan que Él es el pan del cielo. Si le comemos, ocurrirá una operación dentro de nosotros, la cual nos capacitará para vivir por causa de Él (Jn. 6:35, 50-51, 57-58). Él también nos dijo que Él es el agua viva. Podemos beber de Él libremente, y Él saciará nuestra sed (4:14; 7:37). Esto también es una operación que actúa dentro de nosotros. Esta operación es Su impartición.

Además, el Señor nos reveló que Él es el aliento santo, y que nosotros podemos inhalarlo (20:22). Este aliento santo es el Espíritu Santo, quien también es el Dios Triuno mismo. Él continúa operando y exhalando, a fin de que nosotros lo inhalemos y disfrutemos de manera continua. De esta manera, hay una unión orgánica entre Él y nosotros, en la cual Él continuamente se imparte y nosotros continuamente le recibimos. Al final, no nos faltará nada y nosotros creceremos en la vida de Dios a medida que Su impartición aumenta en nosotros. Hoy dentro de cada uno de nosotros opera tal ley. El Dios Triuno no sólo es nuestra vida, sino que también es una ley que sigue operando a fin de impartirse de manera incesante en nosotros.

Permitir que la ley del Espíritu de vida opere

Además, Romanos 8 nos dice que hay otra ley en nuestro interior, la ley del pecado y de la muerte en nuestra carne. Esta ley hace que nuestro cuerpo sea débil e impotente para llevar a cabo la voluntad de Dios. También nos hace fuertes y vigorosos para hacer lo que ofende a Dios. Esta ley es la ley del pecado, y también es la ley de la muerte. Cuando se juntan estas dos leyes, somos incapaces de hacer el bien e insensibles cuando hacemos lo malo. Esta ley de pecado y de muerte es simplemente Satanás en nuestra carne. Cuando el hombre pecó, Satanás entró en él. Sin embargo, cuando creemos en el Señor, otra ley entra en nosotros, la cual es nada menos que el Dios Triuno que entra en nosotros para ser nuestra vida. Esta vida no está en nuestra carne, sino en nuestro espíritu. Hoy es muy fácil para el hombre pecar. Tan pronto como la ley del pecado y de la muerte actúe un poco, el hombre de forma espontánea mentirá y engañará. En realidad, no somos nosotros los que hacemos esas cosas, sino que es la ley del pecado y de la muerte que lo hace en nosotros. De la misma manera, dentro de nosotros ahora hay otra ley, la ley del Espíritu de vida. Esta ley es una persona, el Dios Triuno. Él nos regula interiormente día tras día. No necesitamos pedirle que nos ayude. En tanto que Él opere, todo estará bien. Él no está lejos de nosotros; no está muy arriba en los cielos. En vez de ello, está dentro de nosotros. Por esta razón, debemos aprender a entregarnos a Él y permitir que Él sea nuestro todo. Él es vida en nosotros, y también es una ley que opera dentro de nosotros.

Sabemos que cada vida tiene su propio elemento, naturaleza, capacidad, efecto y forma. Además, cada vida tiene la capacidad de propagarse. Por ejemplo, el melocotonero contiene el elemento del melocotón. Con base en este elemento, tiene su propia naturaleza, la cual a su vez redunda en una capacidad. Esta capacidad trae un efecto, que hace que el melocotonero produzca melocotones. Más aún, los melocotones poseen una forma, que determina que sean redondos. De la misma manera, nosotros los seres humanos poseemos el elemento, la naturaleza, la capacidad, el efecto y la forma de la vida humana. Esto no sólo se aplica a nuestra vida biológica, sino también a nuestra vida espiritual. Si permitimos que el Dios Triuno lleve a cabo Su impartición fina y suave en nuestro ser tripartito cada día, creceremos y nos multiplicaremos al crecer Él en nosotros.

(Mensaje dado por el hermano Witness Lee en Sibu, Malasia el 27 de octubre de 1990).

(Estudio más profundo en cuanto a la impartición divina, Un, capítulo 4, por Witness Lee)