Estudio más profundo en cuanto a la impartición divina, Un, por Witness Lee

Más extractos de este título...

LA IMPARTICIÓN DIVINA COMO PORCIÓN COMÚN DE PARTE DE DIOS PARA LOS CREYENTES

Por medio de la impartición divina, el Cristo todo-inclusivo llega a ser la porción común de parte de Dios para los creyentes y, como tal, continuamente suministra a los creyentes las riquezas de Dios en Cristo. Podemos considerar esta afirmación como la descripción general de la impartición divina en 1 y 2 Corintios. Bajo esta descripción general, tenemos cinco asuntos que se refieren al Cristo todo-inclusivo como poder, sabiduría, justicia, santificación y redención de parte de Dios para los creyentes.

Cristo, Aquel que es todo-inclusivo, pertenece a todos los creyentes. Todos ellos participan de Él conjuntamente (1 Co. 1:2b). Él es nuestra porción, la cual Dios nos ha dado (Col. 1:12). Además, Él es la persona a quien Dios ha llamado a los creyentes. En 1 Corintios 1:9 se nos dice: “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión de Su Hijo, Jesucristo nuestro Señor”. Esto nos muestra que nosotros hemos participado de la unión con Jesucristo el Hijo de Dios, y que conjuntamente hemos participado en Su comunión. Dios nos ha llamado a esta comunión, a fin de que disfrutemos a Cristo como la porción que Dios ha impartido a nosotros, una porción que incluye el poder, la sabiduría, la justicia, la santificación y la redención. Estos cinco asuntos contienen la impartición rica y divina de Dios. Dios nos ha impartido a Cristo como estos cinco asuntos.

¿Quién es Cristo? Cristo es la corporificación del Dios Triuno. Por lo tanto, el que Dios nos dé a Cristo significa que Él mismo se da a nosotros. ¿En calidad de qué se da Él a nosotros? Decir que Él nos es dado como nuestro Salvador y Redentor es un entendimiento superficial. Decir que Él nos es dado como vida es un poco más profundo. En 1 Corintios 1 vemos que Dios nos ha dado a Cristo, es decir, que Él mismo se ha dado a nosotros, como nuestro poder, sabiduría, justicia, santificación y redención. Cada uno de estos cinco asuntos es sencillamente Cristo mismo. Cristo es el poder, sabiduría, justicia, santificación y redención que Dios nos ha dado. Esto no sólo se aplica al día en que fuimos regenerados, sino que a partir de entonces Cristo continuamente se nos da por parte de Dios. Esto es como la electricidad que está en la central eléctrica. Desde el día en que la casa terminó de ser construida y los cables de la electricidad fueron instalados, la electricidad ha estado siendo transmitida continuamente a la casa y se ha hecho disponible para que funcionen los diferentes electrodomésticos.

Desde la primera vez que invocamos, diciendo: “Oh Señor Jesús, creo en Ti; te recibo”, el Señor Jesús como electricidad celestial fue conectado a nosotros, y tuvo inicio la transmisión. Desde ese día en adelante, esta transmisión nunca ha cesado. En lo que a mí se refiere, en los pasados sesenta y cinco años, ha habido una transmisión continua de Dios a mi ser. Dentro de cada uno de nosotros, como personas regeneradas y salvas que somos, ocurre tal transmisión. Aunque a veces somos débiles, estamos en tinieblas e incluso pecamos y temporalmente somos cortados de la fuente, podemos ser perdonados y conectados cada vez que nos arrepentimos y confesamos nuestros pecados. La transmisión de Cristo entonces continúa, y nosotros podemos disfrutar a Cristo como nuestro poder, sabiduría, justicia, santificación y redención.

(Estudio más profundo en cuanto a la impartición divina, Un, capítulo 8, por Witness Lee)